Fue al alba del 6 de junio de 1944. Hoy, los dirigentes europeos sufren un aparente ataque de amnesia y de insolidaridad que me pone los vellos de punta. En la Segunda Guerra Mundial, miles de norteamericanos murieron en las playas de Normandía para salvar a Europa de Hitler. Jóvenes que luchaban por la libertad. ¿Alguien tiene cojones de dudarlo? Pues bien, me quedo perplejo cuando veo a la vieja Europa actuar len-ta-mente ante el desastre del Katrina. La culpa la tienen algunos y sus mezquinas actitudes, que confunden a Bush con el pueblo americano y se quedan sentados cuando pasa su bandera. ¿A que esperan estos europeos trajeados de domingo para reaccionar como un solo hombre y organizar todas las ayudas que sean necesarias para Estados Unidos? ¿Vale más un muerto polinesio por el tsunami que un afroamericano ahogado en las aguas de su río favorito? Error, los dos valen lo mismo. Que pena. Los que no valen un duro son estos tipos del ataque de amnesia. La próxima vez que las pasemos putas en Europa, los yankis nos van a mandar a tomar por culo. Aún estamos a tiempo de ser lo solidarios que debemos ser. El desastre acaba de empezar. La foto la tomé en el Memorial de Caen (Normandía), el museo que registra mayor número de visitantes en Francia después del Louvre (500.000 al año). El edificio, situado en lo más alto de la ciudad, ocupa el emplazamiento del bunker del general alemán W. Richter, que contuvo el 6 de junio de 1944 el ataque anglo-canadiense. La tomé hace un mes en un viaje inolvidable, rodeado de turistas japoneses. No es de agencia. Gracias a esos norteamericanos hoy vivimos en libertad.