19 ene 2006

Malos tiempos para periodistas y humoristas andaluces

Corren malos tiempos para los algunos buenos periodistas y comunicadores. La Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar me envia un duro comunicado en contra del despido de Juan Miguel León Moriche, un periodista valiente al que conocí en los años 90, durante mi etapa como corresponsal de TVE en el Campo de Gibraltar. Desde entonces le he seguido en las páginas de Europa Sur y por eso le transmito mi cariño y apoyo, en lo que necesite, desde este blog. Igual que con Antonio Rodríguez Ropo, ex colaborador del diario La Razón en Andalucía (ver su carta más abajo).León Moriche, como su apellido indica, es un tipo bravo que pronto encontrará curro -si no lo ha hecho ya- porque sabe trabajar "en condiciones". El Campo de Gibraltar, donde pasé algunos de los peores y mejores años de mi vida profesional "marca" a los periodistas y todo quisque. Las cosas que allí pasan, que no siempre se cuentan, son increíbles. Mantener el tipo en un medio allí es como mantener el equilibrio a lo Indiana Jones bajo un manto de víboras y alacranes.

COMUNICADO DE LA ASOCIACIÓN DE LA PRENSA DEL CAMPO DE GIBRALTAR
La Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar (APCG) denuncia la criba emprendida por el Grupo Joly en el diario Europa Sur, donde se ha producido un nuevo despido. Esta vez el redactor jefe Juan Miguel León Moriche ha sido elegido por los responsables de la empresa para engrosar la lista de desempleados.
Con Moriche son ya tres los despidos que suma Europa Sur en algo más de un mes, pues en diciembre fueron puestos en la calle los redactores Anselmo F. Caballero y Ramón Grau.
En aquella ocasión, la Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar alertaba de la intención del Grupo Joly de emprender una política de despidos y, por desgracia, no nos hemos equivocado.
La empresa alega para el despido de Juan Miguel León Moriche causas objetivas, como es el descenso de las ventas, y le informa que prescinde de sus servicios porque la redacción de Europa Sur puede funcionar con dos redactores jefes en vez de con tres, como lo hacía hasta ahora.
También le comunica que sólo está dispuesta a indemnizarle con 20 días por año trabajado. En los despidos de Caballero y Grau, la parte empresarial reconoció que eran improcedentes y abonó unas indemnizaciones de 45 días por año trabajado, ahora incluso pretende que le salga más barato.
La precariedad en el mercado de trabajo y las dificultades crecientes para conseguir unos mínimos de estabilidad y calidad en el empleo son demasiado frecuentes. Esta situación castiga a todos los sectores productivos y al conjunto de trabajadores, con independencia de su profesión u oficio.
El periodismo, que muchas veces denuncia situaciones abusivas en otros sectores, no se libra de esos problemas. Los profesionales de la información encontramos una dificultad añadida a la superación de las precarias condiciones de trabajo, pues la reivindicación a través de los medios de comunicación, en los mismos términos que los empleados por otros colectivos, es casi imposible.
Estos despidos en el diario Europa Sur, que dejan entrever también un trasfondo político, ponen en evidencia la facilidad con las que decisiones de este calado se toman por parte de las empresas de comunicación, aunque por desgracia no son casos aislados ni resumen la multitud de incumplimientos de convenio, contratos precarios o presiones de todo tipo que soportamos los periodistas.
La necesidad de articular una respuesta por parte de los trabajadores de la comunicación no parece poder hacerse esperar por más tiempo. Es necesaria la solidaridad con los compañeros despedidos, la defensa de la dignidad de nuestra labor y de las condiciones en que la ejercemos.
Preceptos fundamentales que sustentan nuestro Estado de derecho y nuestra democracia, como son la libertad de expresión y la de prensa, se han depositado sobre las espaldas de un gremio profesional al que su patronal no respeta y del que abusa en pro de unos beneficios empresariales, a los que en ocasiones se añaden intenciones políticas, que nada tienen que ver con otros réditos sociales que pueden esperarse de su función, y que la desmerecen cuando se analizan las condiciones en que el periodismo se está ejerciendo día a día por sus profesionales.

COMUNICADO DE ROPO
Estimados amigos:
Deseo informaros que he sido cesado como colaborador de la edición de Andalucía de La Razón, donde venía publicando viñetas políticas desde hace cuatro meses y medio, parece que por razones no se si decir “políticas”.
Los argumentos, después de cuatro viñetas censuradas, han sido que eran “muy dura, muy dura”, “no puedo arriesgarme a una demanda judicial” o “discrepancias con los contenidos”.
En la página web http://www.ropo.es/ tengo colgadas las cuatro viñetas que no han sido publicadas, todas de fechas recientes, y por más que las analizo no encuentro razones para que no hayan sido publicadas en un medio como La Razón y se haya suprimido mi colaboración. Es más, con la tormenta política que tenemos encima, parece que quienes somos críticos con las actuaciones del Gobierno hemos de afilar el comentario y tratar de influir en la ciudadanía.
Estamos hablando de sátira política que, para ser eficaz, ha de ser contundente, punzante, incluso estridente, sobre todo en un contexto y en un momento político como el que nos ha tocado y, más todavía, considerando los acontecimientos que nos esperan en los próximos tiempos y el contexto político, asfixiante en tantos aspectos, en que nos encontramos en Andalucía.
Gracias por vuestra atención y un cordial saludo.
Antonio Rodríguez Prieto, ropo