Durante mucho tiempo se recordará este 28 de febrero de 2006. Fue la jornada en que un presidente de la Junta de Andalucía deshonró a su tierra y llenó de infamia y oprobio el día de todos los andaluces y andaluzas. Será recordado porque fue el día en que la más alta distinción del pueblo andaluz fue paseada por el fango de la indignidad. Y lo hizo Manuel Chaves, el que manda golpear a los trabajadores del campo mientras premia a la aristócrata terrateniente. No fue hace 50 años. Fue en el 2006, siglo XXI, en el único país de Europa donde todavía existe la reminiscencia feudal del latifundio, Andalucía.
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