4 abr 2006

Urbanismo y Justicia


Los hijos de Némesis
JC
Buenos días. He escuchado esta mañana en la SER de Cádiz (a Francisco José Román, un periodista con estilo, buena voz y memora histórica de la prensa y la política) al aún alcalde de El Puerto de Santa María, Hernán Díaz Cortés, contar con esa voz tan característica que tiene que los planes malvados del PP eran crear una gerencia de urbanismo y controlarlo de esa forma. Nos fijamos en sus palabras. Si hay que crear una gerencia para el urbanismo –el órgano más común y eficaz hoy en día en los ayuntamientos modernos- es que no la hay. Pues que bien. ¿Control? Pues será que le traiciona el subconsciente al regidor de El Puerto, porque indica que necesita ser controlado y eso es que está descontrolado ¿o no? Si leemos las alegaciones al PGOU hechas por Ecologistas en Acción se nos ponen los pelos de punta y las orejas se orientan de momento. Y dices: no-me-lo-puedo-creer.

Pero no es el urbanismo lo que preocupa a Hernán Díaz, es la Justicia. Está pendiente de que se ratifique su condena. A él le pasa como al resto de los ciudadanos, que no entiende cómo es posible que un tribunal provincial en Cádiz, tan cerca de El Puerto, tarde tanto en ratificar una sentencia gravísima y decisiva para el futuro de la ciudad como es privarle de un alcalde por prevaricación. Hay alarma social y por eso los poderes judiciales deberían darse cuenta que es necesario agilizar, con las garantías legales precisas, el sencillo trámite de revisar una sentencia y mostrar si se está de acuerdo o no. Y ahora llegan las vacaciones de
Semana Santa.

Urbanismo y Justicia. Y tirar de la manta. De entrada investigar si es verdad que millones de metros cuadrados han sido dilapidados, como mantiene el bioecopaficista Juan Clavero, o bien gestionados, como defiende su gerente impulsor. Tirar de la manta. Todos amenazan con dejar al más pintado aterido de frio por la mañana con la sabanita y quitarle la manta de Grazalema (son las mejores, oiga). Pero no, al final nadie tira de la manta excepto jueces, periodistas, ecologistas, algunos ciudadanos valientes, y políticos, con lo que hay que tener: una hipoteca, algunos euros (pocos) en la cuenta y el alma limpia. Esos son los peligrosos. Los otros, los que viven como marajás, están forrados, les regalan el chalé y tiene el alma tan sucia como un estercolero incontrolado. No nos dan miedo. Nos dan rabia. Pero hay que transformar el lamento en creatividad. Eso decía un alcalde socialista, Antonio Torres, en Lebrija.