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Miguel Flores “Capullo de Jerez” presentará hoy una denuncia contra su agresor por “una riña mutuamente consentida”, en palabras de su abogado, quien cuenta que “el futuro del cantaor está en manos de un grupo de investigación de la Comisaría de Jerez y de la magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 4, pero lo que no puede ser y de eso nos quejamos a diario los penalista
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PELEA
Tras una noche de celebración con amigos por el día de su santo, Miguel Flores protagonizó un altercado, al parecer por asuntos familiares, en la madrugada del pasado sábado 30 con un individuo, apodado “El chino”, en el bar “El Cazador”, de la modesta barriada jerezana de La Asunción, donde el artista reside con su esposa y cuatro hijos. Ni los presentes en el bar, ni el propietario, al parecer, avisaron a la Policía por la pelea, y tampoco lo hizo Miguel Flores porque, según relató a un amigo y vecino, José Luis Arillo, no quería hacer daño a su agresor “porque acababa de salir con la condicional”. Según dijo el cantaor a su familia y amigos, el individuo le pegó en la cara “con un puño americano”, lo que le causó diversas erosiones y hematomas.
Esa misma mañana, Miguel Flores dijo a su mujer que quería coger la moto, una scooter que tenía aparcada frente a su casa, en el portal 8 de la calle de Nuestra Señora de los Reyes. Su esposa, Luisa González, le dijo que no tenía gasolina por lo que Miguel Flores, con gran disgusto de su cónyuge, fue a pie hasta la cercana gasolinera de Campsa en la Barriada de Los Pinos. Se trajo el combustible en una botella de plástico y, según el relato de dos testigos, en ése instante se presentó el lugar la madre de la novia del individuo con el que el cantaor había protagonizado la discusión. La mujer llevaba en un carrito a su nieto de veinte meses de edad. A partir de éste instante, es cuando se producen los hechos que ahora deben aclarar tanto la jueza como el grupo responsable del caso en la Comisaría de Jerez. Se da la circunstancia de que este periódico habló ayer con tres vecinas, que afirmaron ser testigos de los hechos, pero a quienes la Policía aún no habìa interrogado, aspecto que mantiene indignado al resto del vecindario.
Según otra vecina, testigo del incidente, sobre las once de la mañana la esposa del cantaor salió a la calle y le dijo a la madre de la novia del agresor. “que se fuera, que para qué venía, que había pasado lo que había pasado y punto. Ella se quedó parada como la que estaba dando una vueltecita y Capullo, que venía mareao, comenzó a discutir con la botella en la mano. Su mujer le quitó la botella de gasolina, y la dejó en suelo. ¿Que salpicó? pues es lo normal porque al hacer así…le salpicaría. Ella comenzó a llorar y entonces dio la casualidad que pasaba un coche de policía y ella le avisó”. Otro vecino, José Luis Arillo, esposo de una de las testigos, Ana María Bazán, se llevó al cantaor a un bar cercano de esa misma calle “para que se tomara una tónica y se tranquilizara un poquito. A las dos horas o así vino la Policía a por él para llevárselo”. María del Carmen González, hermana de la esposa del cantaor, alertó ayer de la tensión existente entre las dos familias: “Mi hermana se pasó ayer el día sujetando a mis yernos porque el tío que le pegó a Capullo se ponía delante de la ventana, dando acelerones con su moto y eso no puede ser”.
UN PAYO, REY DEL COMPÁS
Miguel Flores “Capullo de Jerez” tiene 52 años. Nació en el barrio de Santiago y es payo. Es ahora una de las figuras más consideradas del flamenco en España junto a José Mercé. Es el único cantaor de su familia, aunque sus dos hermanas y tres hermanos bailan. Puro y fiel a su tierra, vive en la misma modesta barriada, La Asunción, a la que se mudó su familia desde el barrio de Santiago, cuando los gitanos flamencos emigraron del centro a la periferia. Cambió el patio de vecinos, donde nunca faltaba el cante cada noche, por un bajo en una barriada jerezana. Sus letras y su música salen de su vida y, según los entendidos, tiene un sentido del compás inigualable. Después de casi treinta años de trabajo, ahora se encuentra en su mejor momento. Alabado como cantaor de culto es de los pocos que consigue grabar lo que realmente le gusta. Es artista de la vieja escuela, con lo malo y lo bueno. La Asunción es un barrio de artistas, en esta zona han vivido Tio Borrico, Fernando Terremoto, Paco Laberinto y La Paquera. “Hay que conocer a Miguel para darse cuenta por qué, teniendo ahora dinero, no se ha marchado a una casa o a un chalé”, dice uno de sus vecinos, “porque es puro de verdad”. “Capullo de Jerez”, dicen los que le quieren, “es el rey del compás y ahora su carrera depende de que se sepa la verdad”.
"¿Por qué sufrimos tanto si nos tenemos que morir",
cantaba Miguel Flores en su disco "Este soy yo", descatalogado, con Niño Jero y Diego Amaya en las guitarras y José Rubichi (percusión) :
* (Se lo dedico esta noche, que estará en los calabozos, penando su pena...)
"No soy aquel quien era y quien debía de ser, yo soy un mueble viejo, pegaíto a la pared...
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