Anda el obispo de Jerez recordando que todo esto de la Semana Santa parece un espectáculo más que una celebración religiosa. Y no le falta razón. Que nadie entienda que esto es una crítica contra Andresito, nuestro flamante pregonero de Semana Santa. Nada más lejos de la realidad. Pero tiene todo esto de la holy week un tufo patrás que asusta y no hablemos ya de la instrumentalización política neoandalucista de la que se viene haciendo uso y abuso en los últimos años en Jerez. Dice el obispo jerezano Del Río que la Semana Santa antes era "devoción popular", para en no pocos casos haberse convertido en "fiesta singular para ser contemplada, fotografiada y como mucho admirada". Ello, a su juicio, no es sólo atribuible al turismo, sino también a "la pérdida de lo esencial" en algunas hermandades y cofradías, las cuales "han contribuido al reduccionismo social, cultural o folklórico que padecemos". ¿Ser pregonero en Jerez sirve pa mucho? ¿Y ser presidente de la Unión de Hermandades proclamando el pachequismo confeso? Respuestas, please. La alcaldesa, que ayer no fue, por razones obvias, al pregón, hoy ha estado con su autor en la firma del libro.
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