Ya. Sé que hace muchas horas la que la noticia estremeció a los pobres de espíritu a un lado y otro. Pero es que hasta esta tarde brillante en el sur, con el Jack Daniels de los buenos y malos momentos, no había tenido un hueco para darle la bienvenida. Mucho ha tardado. Le creo. Rato dice que vuelve por razones personales, para preocuparse de sus hijos (siempre lo hizo, no es novedad), "por amor", dice Mónica Ricci. Estos italianos. Rato vuelve y en el PSOE le dan la bienvenida con la boca pequeña. Les pone nerviosos. Rato se siente fuerte, los hombres y mujeres felices lo son. La pitonisa de Chueca dijo que sería presidente ¿recuerdan?
Sin perder de vista España ha pasado tres años en el FMI. Ha evitado el lodazal del 11M, la crispación que no nos ha dado un respiro en España, la sutil interpretación de los últimos comicios. Vuelve fuerte, pero a ser feliz, perdón, más feliz. Rato vuelve, como los Stones, como mis adorados Nacha Pop. La última vez que lo ví fue en Cádiz, tras una conferencia con anodinas y previsibles preguntas de sesudos contertulios. No había cruzado palabra con él desde que nos despedimos en su despacho, en 2004 y así lo conté en El Mundo. Pero he seguido con detalle todas y cada una de sus andanzas planetarias, he leído sus discursos, analizado cada paso y escudriñado sus noticias. ¿Saben? En Cádiz ví un hombre feliz. Mi Carmen y yo nos miramos cuando se marchó veloz en una ranchera. Feliz. Me pregunté: ¿y a qué espera para vivir más la vida? Veo que el pensaba lo mismo, felicidades Rodrigo. Y me encanta que Jiménez Losantos se cabree tanto. Ya sabemos que lo hace con aquellos a los que no lleva por su senda eléctrica.