23 ago 2007

Banderillas, oreja y rabo

Este país de porteras (no se molesten los conserjes de fincas), donde el conocido lobby gay impone el ordeno y mando en la tele rosa (nada que objetar, por Dios, mientras le son rentables a los grandes grupos), ha decidido que hay que tocarle ahora las narices a Antonio Banderas, actor español, andaluz por favor, que se ha currado su carrera como nadie. Hormigas Blancas entretiene al personal con informaciones documentales convenientemente tamizadas con un odio extraño hacia el actor. Pan y circo, salsa rosa y pocos problemas, que España va como Dios. Horas y horas de tele basura, de continuas peleas barriobajeras de personajes insólitos.Me he cruzado con Antonio Banderas solo una vez... fue en Jerez, donde se rodaron algunas escenas de una de sus películas, y luego le he escuchado y seguido en su carrera, tan irregular como lo es la vida, pero donde el éxito le ha acompañado. Pobre Antonio, quiere venirse a España y dejar Hollywood. La bienvenida que le dan es lo que hoy vemos en Tele 5.