De problema nimio, nada de nada y los primos se tientan la ropa. Un aumento en la temperatura del planeta de dos grados Celsius supondría pérdidas del 60% de la producción de maíz de la que dependen dos millones de agricultores mexicanos. El retroceso de los glaciales (fenómeno que ya se observa en países como Perú, Chile y Argentina) dejaría a millones de personas sin agua potable, al tiempo que otros tantos se verían desplazados por las inundaciones. Zapatero ha recibido hoy el informe sobre el Cambio Climático en España y Chaves me ha dicho hoy en Cádiz que Andalucía se ha adelantado. Los dos saben, perfectamente, que España no ha hecho los deberes (al tiempo, nos darán un coscorrón), lo que no significa que no se pueda poner manos a la obra a toda prisa. A su juicio (el de ZP), aunque España ha llegado tarde a muchas cosas en su historia, ahora "puede llegar a tiempo de vivir en armonía con su entorno". Para el jefe del Ejecutivo, el cambio climático es "el desafío más grave que se cierne sobre la vida en la Tierra y exige un nuevo contrato del hombre con la naturaleza". La cantidad de gases de efecto invernadero que emite a la atmósfera España -con 44 millones de habitantes- es superior a la que emiten en su conjunto Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Uruguay, todos ellos, con una población total de 144 millones de personas. Así lo ha explicado hoy la directora regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Rebeca Grynspan, quien ha presentado esta tarde las conclusiones del último Informe sobre Desarrollo del PNUD. El informe revela que España genera el 1,1% de las emisiones globales -con una media de 7,6 toneladas de CO2 por persona-, lo que supera en varios puntos la media mundial, y sitúa a España en el número 13 en desarrollo humano -seis puestos por encima que en la edición anterior- en un ránking formado por 177 países.