El fantasma del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) sobrevuela dos grandes grupos mediáticos en España. Y no hay tantos. En el primero, según me llegan noticias de dentro, se habla de 400 despidos mediante diversas fórmulas y en el segundo de unos 300 y eso sin contar lo que pasará en Zeta. La crisis ha provocado una bajada de los ingresos publicitarios en torno al 30 o 40 por ciento y es solo el comienzo. Los grandes prebostes de estos grupos, antes que adoptar soluciones imaginativas irán a lo sencillo: gente a la calle. Y la cosa se está poniendo cada vez peor. Y mientras, algún grupo mantiene al frente de algún periódico a mojigatos/as que solo saben perder dinero a expuertas. Y no quiero mirar muy lejos de mi tierra. Mientras todo esto pasa, la precariedad está a la orden del día. Y me llama la atención que la Federación Andaluza de Asociaciones de la Prensa (FAAP), herida de muerte por el abandono de tres asociaciones, entre ellas la más grande (Sevilla), organice actos para defender indirectamente la conducta de Canal Sur (censurada por jueces y por el Consejo Audiovisual de Andalucía), en vez de defender los intereses de todos los que se van a ver en la puta calle. Pero ya se sabe, a la sombrita ze eztá mejón.