Cuando Pilar Sánchez le encomendó a Juan Pedro Crisol la responsabilidad de asumir la delegación de Urbanismo, sabía lo que hacía, aunque las lenguas viperinas de los estómagos agradecidos de tantos años digan lo que dicen. Ayer se firmó el acuerdo con Saint-Gobain Vicasa, sin que sepamos por cierto qué empresas van a desarrollar el mejor espacio urbano de la ciudad. Todo se verá, pero el asunto es que la fábrica de botellas se va con la música a otra parcela.