Veamos, igual no llega la sangre al río porque en el PSOE saben muy bien lo que se juegan con lo de la 'rebelión' -¿o al final era una pataleta de ninos y niñas bien pagaos que no se salen con la suya?- entre otras razones porque si se va al carajo Jerez, los socialistas pierden la Diputación (que hoy apuntala una insólita IU) y muchas cosas más. Pilar, huérfana de su protector Zarrías, ha encontrado hoy un soplo de aire fresco por parte del actual (pronto igual no) secretario general del PSOE-A, Manuel Chaves, quien ha advertido de que pese a la posibilidad de que puedan existir diferencias y discrepancias, el Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de la localidad gaditana de Jerez de la Frontera apoya a la alcaldesa Pilar Sánchez. Bueno, ya se sabe que Don Manuel, que hoy se ha tomado irónicamente lo de la querella del PP, tiene informadores hasta debajo de las piedras. Chaves apoya, ahora, a Pilar. Será que se sienten mal por dentro y por fuera.
Por lo visto, en rueda de prensa posterior a la reunión de la Comisión Ejecutiva Regional del PSOE-A, Chaves dejó claro que atendiendo a la información con la que cuenta en el Grupo Socialista de Jerez de la Frontera "no existe una rebelión". Así, Chaves dejó claro que el grupo municipal se debe a una determinada disciplina. De esta forma, el líder de los socialistas andaluces aseguró que todo el grupo municipal está en la "disposición de apoyar a la alcaldesa", aunque reconoció que "pueden existir discrepancias o diferencias". Las declaraciones del secretario general del PSOE-A se producen después de que haya transcendido de que en el seno del grupo municipal del PSOE de Jerez de la Frontera existe "descontento" con las actuaciones de la alcaldesa Pilar Sánchez. Y decir descontento, la verdad, es poco, porque lo que existe es un cabreo de muy padre y señor mío. Pilar y su grupo de adeptos que dirigen el cotarro tiene que cambiar. Ella lo sabe y o lo hace bien o tendrá que irse buscando destino escolar.
¿Qué puede pasar? Sabe Dios, la capacidad de los socialistas jerezanos, histórica y acreditada, para hacerse daño entre ellos y ellas sin intervención externa es sobradamente conocida. Las relaciones personales se han enrarecido hasta tal punto que sonroja enterarse de determinadas situaciones y episodios vividos recientemente. Me atrevo a aventurar que el encuentro de Cabañas posiblemente sea en un hotel de Benalup, una especie de cónclave. Y posiblemente salga de todo una hoja de ruta y, en el tiempo (no mucho), un reajuste de gobierno y la salida de la secretaría general de Pilar Sánchez, que sería sustituida por Francisco Lebrero, que podría quizás optar por permanecer en la sombra y dejar a otro compañero/a al frente de la secretaría general. Lebrero es el socialista tranquilo, el hombre que espera su oportunidad, la persona de confianza de Cabaña, digan lo que digan del amor.
¿Más? Por supuesto. Habrá dos reuniones, una de jefes y otra de jefes con la tribu, en un plazo de siete días como máximo. Antes del 1 de agosto todo ha de estar resuelto y explicado ante la opinión pública y la publicada. Cada uno pagará el pato y su factura y, en la medida de lo posible, igual se produce una marcha sonada del equipo de gobierno de uno que está hasta el último agujero de su correa de aguantar cutreríos locales. Igual Griñán le encuentra un hueco.
Los dos aspirantes a ocupar la alcaldía tendrán que esperar a mejores tiempos, se la envainan y punto. Ahora bien, lo que todos en el PSOE tienen ya claro es que la camarilla dirigente que blinda y aisla a Pilar del mundanal ruido habrá de disolverse. O sí, o sí. Porque es una de las claves del cabreo. Seguiremos informando (gracias a confidentes, gargantas profundas, copitas indiscretas, dimes, diretes, confesiones de abrazafarolas, inexperiencia y mala leche, que hay una jartá). Y como sé, perfectamente, que la alcaldesa lee este blog, le envío un saludo, afectuoso. Y que no olvide que su capital político no es del PSOE, sino de mucha gente que ahora, absorta, asiste a este penoso espectáculo del que TODOS tienen la culpa. Buenas noches y buena suerte. (Más en Diario de Jerez) ¿La foto? De Esteban, claro