Cualquiera no vale para organizar la visita de un ministro, y menos aún el protocolo. La presencia hoy en Cádiz del ministro de Fomento, José Blanco, ha estado salpicada -como es lógico- de algunas anécdotas curiosas y otras lamentables. La peor ha sido el pésimo protocolo del acto de San Fernando, en la nueva estación soterrada, donde personalidades como el propio subdelegado del Gobierno, Sebastián Saucedo, la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, el senador Luis García Garrido o el vicesecretario general del PSOE gaditano, Pérez Peralta, y otras más, fueron relegadas a permanecer entre el público sin que ninguna de ellas llegara a protestar, lo que les honra. La que no se cortó un pelo fue Mamen Sánchez, diputada socialista, que hizo valer su condición para estar junto a las autoridades isleñas. Menuda es la jerezana. A las autoridades
La cosa empezó en el aeropuerto de Jerez, donde la alcaldesa jerezana, Pilar Sánchez, arrancó algunos compromisos al ministro de Fomento. Y esa es la forma de trabajar, con inteligencia, aunque luego nadie de su equipo de prensa se subiera al tren para acompañar la regidora. Por lo demás, nunca en un tren se había concentrado tanto socialista por metro cuadrado, algunos bien bronceaditos (como José Luis Blanco) y otros que no paran (Gabriel Almagro), el veterano diputado Rafael Román (compruebo que está menos enfadado conmigo por mis comentario sobre su polémico hermano) junto a una lista reducida de periodistas y un discreto servicio de seguridad (mejor que el protocolo) y prensa, con el propio director de Comunicación de Fomento, Félix Albertos, al frente. Y como en esto de las visitas la ocasión la pintan calva y la veteranía es un grado, el alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, se metió en la cabina de conducción con el ministro, justo cuando pasaban por su término municipal. Barroso le soltó todo lo que el dió tiempo a Blanco y le explicó la complejidad del soterramiento en Puerto Real -zona de marisma- y el cambio urbanístico que significará para la ciudad.
En Cádiz, parada ¿y fonda?, le esperaba la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, y el segundo teniente de alcalde, Ignacio Romaní. La regidora gaditana arrancó al ministro el compromiso requerido: una reunión de altos cargos (director general de Carreteras y primer teniente de alcalde gaditano) para alcanzar un consenso sobre 'la forma' en la que el puente entrará en Cádiz. Y Barroso, again, que evita ser desplazado por el pésimo protocolo y se pone al lado del ministro, y al otro Teófila Martínez. El puente empieza en Puerto Real y termina en Cádiz, obviamente. Cojones. Blanco tiene un lapsus y habla del "alcalde de Puertollano", y Barroso dice, socarrón, "Puertollano no tiene mar". El ministro reacciona. Teófila recuerda que ella vaticinó a la antecesora de Blanco, la inefable Magdalena Álvarez, que ella no sería quien inaugurara el puente porque no sería entonces la ministra y ella seguiría de alcaldesa. Blanco me ha asegurado, tras una pregunta expresa sobre el tema del día, que el AVE llegará en 2012. Pues nada Pepiño, te tomo la palabra. Por cierto, a Pérez Peralta, su chaqueta blanca impoluta (apropiadísima para visitar una obra), le traía por la calle de la Amargura, hasta que se la terminó manchando. Mecachís.
(¿Las fotos? con mi Blackberry Storm)