Melchor Mateo reabre el debate de la candidatura socialista a la alcaldía de Cádiz dejando sobre la mesa algo posible: Emilio Aragón. No es un candidato fácil para el PP, pero tampoco es que sea la pera limonera. De hecho Luis Pizarro anda toqueteando (políticamente) a varios nombres, de más o menos relumbrón. Lo cierto es que los socialistas pretenden que el PP se confìe creyendo que dan por perdida la batalla de Cádiz, cuando es todo lo contrario. La estrategia se va cumpliendo día a día y, personalmente (sin más datos que los indicios), creo que la opción que más se va asentando en el partido es la de Luis Pizarro. Y no daré ahora los argumentos e indicios que me llevan a creer que el vicesecretario general del PSOE sería un candidato mucho más complicado que el viñero para Teo. Le pregunta Melchor a Emilio:
-Gran parte de tu vida profesional has estado dedicado a las relaciones institucionales. ¿Para realizar esa labor has tenido que guardar en el bolsillo el carné del partido?
-En mi profesión a mí me ha perjudicado ser del sindicato y del partido, al contrario de lo que se puede creer la gente. He llegado incluso a ser perseguido, difamado y maltratado a lo largo de mi carrera. La gente piensa que he llegado a los sitios que he estado por mi militancia y es todo lo contrario. Incluso en mi partido me veían a veces como hombre de la caja y en ésta como un hombre de partido y al final, ni una cosa ni otra. Yo nunca he mirado los colores de partido, ni de religión, ni de nada, simplemente los intereses de mi entidad.
-¿Qué les diría a aquellos que le han acusado de utilizar a la caja y las subvenciones a las asociaciones para atraer votos para el PSOE?
-Pues que miren los resultados de las elecciones. Yo no he ido con el nombre del partido al lado, sino con el de la caja. La gente quiere a la caja y están agradecidos, pero cuando echan el voto en la urna no tiene nada que ver. Hay que saber que la gente no es tonta.
-En mi profesión a mí me ha perjudicado ser del sindicato y del partido, al contrario de lo que se puede creer la gente. He llegado incluso a ser perseguido, difamado y maltratado a lo largo de mi carrera. La gente piensa que he llegado a los sitios que he estado por mi militancia y es todo lo contrario. Incluso en mi partido me veían a veces como hombre de la caja y en ésta como un hombre de partido y al final, ni una cosa ni otra. Yo nunca he mirado los colores de partido, ni de religión, ni de nada, simplemente los intereses de mi entidad.
-¿Qué les diría a aquellos que le han acusado de utilizar a la caja y las subvenciones a las asociaciones para atraer votos para el PSOE?
-Pues que miren los resultados de las elecciones. Yo no he ido con el nombre del partido al lado, sino con el de la caja. La gente quiere a la caja y están agradecidos, pero cuando echan el voto en la urna no tiene nada que ver. Hay que saber que la gente no es tonta.