Escribe mi compañero Miguel Ángel Gavira, en EL ECONOMISTA, que "desde que se realizó el primer corte de chapa en junio de 2005, más de cinco años han pasado para que la Armada española reciba el Juan Carlos I. Pero la espera habrá merecido la pena cuando el Rey lo entregue oficialmente hoy. Desde ese momento, el Ejército contará con el barco más grande que haya tenido en su historia. Con casi dos campos de fútbol de eslora (230,8 metros), el Buque de Proyección Estratégica no es sólo un barco que copia la filosofía de los LHD estadounidenses, sino que abre un mercado lleno de posibilidades a Navantia, los astilleros públicos militares que lo han fabricado durante todo este tiempo en la factoría de Fene-Ferrol".