Respeto a ese empresario jerezano que dice que va a tirar de la manta. Pero no me creo nada. Llevo escuchando esa amenaza desde hace años, cuando espiaban mis conversaciones telefónicas (increíble pero cierto) y contrataban detectives o pagaban a matones de feria con empleos públicos para acojonar a los que teníamos la fuerza suficiente para denunciar hechos punibles, por ejemplo en el vergonzoso proceso de fusión de la Caja de Ahorros de Jerez.
Y al final la mayoría, incluso alguno al que defendí ingenuamente, son una panda de sinvergüenzas puteros sin escrúpulos. Despreciables. Solo unos pocos se salvan de aquella hoguera de las vanidades. Y los malos no lo eran tanto, mira tú por donde, manda narices.
No me creo nada, ando un poco descreído últimamente y, por supuesto, que no pienso tomar partido más que por aquellos que realmente lo merecen. El día que me harte haré lo que un ciudadano debe hacer, organizar una agrupación de intereses comunes y presentarme a las elecciones.
Mientras, como periodista hago lo que puedo, lo que me dicta mi sentido común, acumulo información (eso lo recomiendo vivamente a cualquiera) y trato de defender con uñas y dientes la verdad en la que creo, y a los que sufren en esta puta sociedad. Y si alguien ha metido la mano, que se joda y pague por ello. Y si no lo ha hecho, que se defienda como gato panza arriba.
Y un día de estos, cuando me salga de los cojones, me pondré a hacer información sobre Jerez amén de las cosillas que suelto en este blog para desahogarme. Quizás escriba un libro de como se han cargado mi ciudad entre unos y otros. Ahora, por favor, no me toquen las narices, que no me creo que nadie vaya a tirar de la manta en Jerez. Me parto de la risa. Venga ya.
PD: Estimada Pilar, haz lo que tengas que hacer. Sin miedo.