Me ha hecho dos desprecios en estos meses, que le he perdonado como buen cristiano que soy (otra cosa es que los olvide), primero montando un pollo impropio de un caballero de la política como él se precia de ser, abandonando un plató (Onda Jerez, programa Panorama) donde se respetaba la libertad de expresión. Cierto es que luego me pidió perdón, aunque antes hubo un cierto amago (abortado) de boicot al programa. Y luego, en la noche electoral, pasando tres pueblos de dar la cara ante la opinión pública y analizar los resultados en Onda Jerez (ni siquiera disculpó su ausencia). Creo que no soy santo de su devoción (eso me cuentan por distintos frentes) y me alegro, porque representa una derecha que debe pasar a la historia cuanto antes en Jerez, aunque lo veo complicado ya que García Pelayo lo tiene de consejero para todo. Y lo sabe Jerez.
Aurelio Romero probablemente no irá en la lista del PP al Congreso, donde PP Loaiza quiere ofrecer otra imagen. Pero no se preocupen, que ya le encontrarán acomodo y un sueldo interesante para que no tenga problemas. No soy un cínico, nunca lo he sido, por eso les digo que Aurelio Romero me recuerda a la derecha más casposa y retrógrada de Jerez, pese a que tuvo algunos aciertos en su trayectoria política (no muchos). Pero me recuerda a esa derecha que votaba a Pacheco para seguir alegrándose el bolsillo e ignoraba a sus candidatos ideológicos. Tal es el caso de Miguel Arias, que podría haber sido un excelente alcalde de Jerez y eso lo saben hasta en la izquierda más radical. La derecha jerezana clásica exhíbe la bandera española en las muñecas pero hasta ahora, que las ve venir de nuevo, no se ha vuelto a ilusionar con el PP. En lo personal deseo lo mejor a Aurelio y toda su familia, pero en lo político creo que le ha llegado la hora de pasar página. Y no pasa nada, la vida no se acaba. Me dicen que se ha alegrado de la suspensión de Panorama. No lo creo. De verdad.