10 sept 2011

El ocaso del mayordomo


Fito y los Fitipaldis - Un buen castigo


Hay quien dice creer en Dios pero parece Lucifer porque hace la vida imposible a quienes le rodean y solo desean trabajar felices y en libertad. Todos tenemos que aguantar en nuestras vidas personajes tóxicos, intrigantes, maquiavélicos, malos en definitiva. Así es. "El mayordomo" es uno de ellos. Trabaja en esta provincia bendita. No deseo, nunca, mal alguno a nadie, pero hay quien se gana a conciencia lo que le pasa porque no calibra el alcance de sus maldades. El ocaso del mayordomo está llegando y aquellos que le brindan protección ¿impunidad? y hasta les divierte su acoso sutil o brutal a profesionales más decentes y capaces que él ya no lo aguantan más. Son cómplices pero no tontos.

Y además es un puro fraude porque se ha venido apropiando del trabajo, la agenda y la capacidad de otros compañeros y compañeras que nunca le han hecho frente. Yo, personalmente, le digo que vaya buscando acomodo en otra ciudad, acaso otro país (¿Angola?) como misionero para que Dios le perdone por el daño que ha hecho y hace. Nada es para siempre. El ocaso siempre llega. Y con sorpresa. Pero qué pasará con todos aquellos y aquellas a los que nos ha hecho daño. Su reputación, su prestigio, su sustento. ¿Pedirán perdón sus protectores? ¿comprenderán ahora lo que se negaban a admitir? Dios existe. Y debe haberse cabreado un poco...