Clara Aguilera y Antonio Fernández. Foto JF Ferrer |
El juez Lino Román Pérez, magistrado del Juzgado de lo Social Número 1 de Jerez, le ha sacado algo más que los colores al Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Jerez-Xères-Sherry, Manzanilla y Vinagre de Jerez. Su sentencia, conocida ayer y analizada hoy por El Mundo de Andalucía y Diario de Jerez, deja al descubierto su peculiar -por decirlo de algún modo amable- sistema de contratación, "por obras", de los presidentes. Y el juez no duda en advertirlo en su sentencia.
Pero también que las prisas por despedir a Fernández han sido perjudiciales y le han terminado dando la razón en su demanda. Su despido fue "improcedente" y se le indemnizará (descontando lo ya cobrado cuando lo cesaron) salvo que se recurra el fallo ante el TSJA. Se vulneró la legislación laboral, según el juez, aunque no se lesionaron los derechos fundamentales de Fernández. El Consejo Regulador y la Consejería de Agricultura deben tomar nota de lo que pasó. Y parece que lo han hecho. Pero, sinceramente, se impone más seriedad administrativa en la institución que vela por la calidad y la promoción de los vinos jerezanos. Y mejores asesores jurídicos, quizás. Fernández se enfrenta al caso EREs, origen de sus desdichas. Lo del Consejo ha sido una pequeña satisfacción en los duros meses que lleva siendo foco de polémica. Poco más.