No hay nada peor que la soledad y la pobreza. Y más cuando no es deseada, cuando sobreviene como la tormenta de verano. Sé que hay mucha buena gente pasándolo mal y me propongo hacer algo para evitarlo. Me sacude el alma todo lo que veo y siento estos días, como nunca lo habría soñado. Hay que mojarse como si nos fuera en ello la misma vida, sin angustia, de la mano de muchos y muchas que quieren evitar que la miseria nos siga acogotando. La humana, y la intelectual.