La batalla por su honor comenzó en 1998. Desde entonces hasta hoy, José Roldán Jiménez -que fue cesado aquel año como jefe del servicio provincial de Deportes por el entonces presidente de la Diputación, Rafael Román- ha perdido a su esposa, su salud se ha quebrantado y ha invertido más de cuatro millones de pesetas en pleitos judiciales durante el proceso iniciado contra el hoy diputado socialista y portavoz municipal. “Esta es una batalla por el honor y la dignidad y no pienso parar”, afirma.
Roldán fue un estrecho colaborador de los socialistas en el Consorcio Bahía de Cádiz Mundo Vela 92, creado por la Diputación Provincial gaditana y dotado de ingentes recursos económicos cuyos usos denunció, “aunque nadie me hizo caso, ni en el PSOE ni en la propia Diputación de Cádiz”.
Roldán recurrió su cese ante la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que el 1 de marzo de 2001 dictó una sentencia no recurrible que ordenó a Román no solo reponer en su puesto al funcionario cesado, sino a indemnizarle con 100.000 euros.
Los jueces dijeron que el hoy diputado y concejal Rafael Román, al ordenar el cese de Roldán, “incurrió en el vicio de desviación de poder porque la potestad de cesar al funcionario se utilizó de modo distinto al que el ordenamiento jurídico permite”.
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Roldán ha contratado los servicios del letrado gaditano Felipe Meléndez, un abogado meticuloso y poco dado a alharacas mediáticas, tan comunes en Cádiz en estos días. En 2003, el ex funcionario interpuso una querella criminal por presunta prevaricación, pero fue rechazada por la fiscalía.
Recurrió a la Audiencia Provincial de Cádiz y esta instancia judicial admitió el recurso y determinó que todo siguiera el proceso normal en uno de los juzgados gaditanos. Le tocó al 4. “El caso es que el anterior presidente de la Diputación está ahora imputado por un delito más grave, el de prevaricación. Y tras la toma de declaraciones, que tuvo lugar el pasado 28 de septiembre, Roldán espera una resolución favorable del Juzgado de Primera Instancia Número 4. “Y si no, recurriré”.
(EXTRACTO. El artículo completo se puede consultar HOY en la edición andaluza de EL MUNDO)
