15 nov 2005

¿Operación escarmiento contra los manifestantes de la LOE?

Hacía tiempo que uno de los mejores confidentes del blog no me enviaba algunas consideraciones sobre la frenética actividad política que nos abruma. En la reflexión de hoy aborda la LOE (como no), los problemas de "entendimiento" de ZP, y otras cuestiones educativas como la "advertencia" lanzada por la vicepresidenta laica De La Vega sobre la posible reducción de las generosas aportaciones del Estado a la Iglesia, que ha cabreado bastante al personal.

Enlace directo a las mejores imágenes de la manifa

Y unos cuantos blogs escritos sobre el evento del 12-N


•Los españoles no quieren la LOE y tampoco que las leyes educativas cambien cada dos por tres. Por eso, el Presidente del Partido Popular ha ofrecido un pacto al Gobierno.
•ZP sigue sin entender lo que le dijeron los españoles en la manifestación del sábado. De las 1.365 enmiendas presentadas al Proyecto de Ley Orgánica de Educación, los socialistas sólo han aceptado 36, todas ellas presentadas por el propio PSOE. ¿Es esta la idea que tiene ZP del consenso y el diálogo? ¿Para eso quiere reunirse con los organizadores de la manifestación del sábado?
•ZP debe retirar la LOE y empezar de nuevo contando con todos. Por cada votante de ERC, el sábado salieron a la calle tres manifestantes a protestar contra la política educativa del Gobierno. ZP debe darse cuenta de que la educación de todos no puede reformarse con la opinión de unos pocos.
•Rajoy quiere consensuar una Ley de Educación que asegure la calidad de la enseñanza para toda una generación. Un nuevo modelo que dé a los padres la libertad para elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos y el centro escolar donde ésta se ha de impartir y en el que se garanticen las enseñanzas comunes en toda España.
•El éxito de la manifestación del sábado es la mejor demostración de que la sociedad española repudia la LOE. A pesar de eso, el Gobierno, en su sectarismo, se engaña pensando que es una conspiración de la Iglesia.
•Los socialistas no quieren una sociedad fuerte, capaz de defender sus convicciones y discrepar del Gobierno. Por eso, la vicepresidenta amenaza ahora con retirar la financiación pública a la Iglesia para tratar de domesticar a esa Institución como ya hace o pretende hacer con otras.