Hacía tiempo que no lloraba al ver una película. Hoy ha sucedido. Prueba a hacerlo de vez en cuando y desahógate. Ha sido con Meet Joe Black, en España "¿Conoces a Joe Black?" La he visto pasar a mi lado en algunas ocasiones. Una de ellas fue jugándome el tipo por unas cuantas pesetas en aquella SER de la década de los noventa. A bordo del Manolo IV yo contaba y destripaba las miserias del bloqueo pesquero en el Guadalquivir en el 92. Cuando, de pronto, un mercante se vino encima de nosotros, con guardias civiles disparando pelotas de goma desde todos lados. Los que se acuerden de este episodio saben que estuvimos a punto de zozobrar y perdernos entre las hélices para siempre. Yo no me había puesto el salvavidas (menudo capullo) y caí en la cubierta gracias a Dios, tras una maniobra providencial que nos salvó de la tragedia. Bendito motor Scania. Otra vez venía feliz, con mi añorado VW Polo, del Campo de Gibraltar, porque me trasladaban a Cádiz como delegado de TVE. Una cierva, a la altura de Alcalá de los Gazules, se me cruzó. No pude evitarla y me fuí directo al arcén. Os juro que esos dos días no los he olvidado nunca y que, en unos segundos, una eternidad, ví pasar mi vida, a quienes quise siempre y quiero, pero no a aquellos/as, malditos cabrones/as que me han jodido momentos que podía haber dedicado a otros. Ama, ahora que estás a tiempo, pero por favor deja vivir a aquellos que deseamos hacerlo en libertad y con respeto. Hay una diferencia, antes me guardaba las miasmas, ahora las expulso con tanta facilidad como se da una palmada al aire, tanto como un chasquido de mis dedos. Aleja lo negativo sin dudarlo, pero no seas idiota, no les des ni una oportunidad de joderte la vida. Me voy a dormir con la conciencia más o menos en paz, pensando en cuantos infelices no pueden hacer ni decir lo que piensan, acaso porque no saben cómo, o porque no descubrieron el valor de un blog. Mi niña me dice que si no fuera por estas líneas, por mi terapia diaria de libertad, ya me había ido al otro barrio. Le quiero mucho. Duerme ahora, cuando os dejo mis pensamientos tal como brotan, leerá esto más tarde. Ahora, que estoy a tiempo, le digo alto y claro que la quiero. Que no es malo ser mejor cada día, y menos aún seguir contracorriente, porque hasta los ríos corren cuesta arriba cuando alguien ama y es correspondido.Mi blog es lo que es, la puta y divina vida, a trozos, a bocados. Y si, a veces, no cuajo la faena es porque aún no ha llegado la hora de hacerlo. Todo se andará. Pero no dejéis de estar ahí, y dejadme vuestros comentarios. Siempre. Llevamos desde 2005 juntos. Gracias a todos/as. Si no fuera por uno de esos cabrones, os habría podido leer esto en la radio, que echo tanto de menos. Lo intentaré, para que todas las mañanas disfrutes de un mundo más maravilloso y menos jodido (Luis, viejo amigo)