Me dormí, lo admito, hubo un momento en el que cierto y agradable soporcillo me alejó del debate -mejor prólogo del que será el verdadero- entre Rajoy y Zapatero (¿por qué siempre lo dicen al revés?). Todo me sonaba porque uno y otro han ido desgranando los mensajes en estas últimas semanas. Era como una rueda de prensa para torpes. Así que, más de lo mismo. Campo Vidal, con un traje sacado del armario (¿de hace quince años?), se pegó el moco al principio y debía haber estado un poco más prudente. Campo Vidal no supo darle al debate ni el ritmo, ni la frescura, ni el nervio suficiente. No sé si se ha pasado estos días recreándose en el suyo o analizando otros debates en los Estados Unidos (yo lo vengo haciendo por internet cada vez que puedo). A mí no me gustó nada, como tampoco esas miradas de reojo de Rajoy en los primeros planos (¿demasiados, no Navarrete?), que impedían apreciar sus manos, los gestos son completos. Dicen que Rajoy miraba el reloj, pues hombre, que se lo hubieran puesto en la mesa, en el monitor, porque parecía que pedía la aprobación de un supuesto asesor o que algún ruido o comentario del cámara le perturbaba.
Zapatero no es Bambi, le hicieron un corte de pelo a juego con sus cejas, que a mí me recuerdan al genial Jack Nicholson, en The Joker, el personaje malvado de Batman. Zeta estuvo artificial, se quedó desencajado ante algunas afirmaciones y la batería de datos de Rajoy, datos, muchos, datos, datos, datos...estos se reservan para el segundo combate, seguro. Lo que estuvo de fábula es el régimen, porque La Primera, La Sexta, Cuatro (en especial), se rodearon de insignes antipeperos para dar castaña de la buena y tratar de presentar como ganador a ZP. Me encantó la visión del asunto de Ignacio Camacho, con Matías Prats y Juan Pedro Valentín, en A3TV, fueron los mejores de la noche, aunque, a decir verdad, al tercero no lo veo yo muy entusiasmado con su papel de director general en el diario Público, al servicio de ZP donde manda Ekaizer por mucho que Escolar junior diga lo contrario. Zapatero no se empleó a fondo pero se nota que tras su sonrisa forzada, las cejas, es esconde un personaje fuerte, inquietante, a lo Hopkins, que sí ha menospreciado a las víctimas del terrorismo. Yo no tengo duda alguna que si el PSOE ganó las elecciones es por un accidente, el de Atocha, que junto a una instrumentalización goebeliana del dolor y el cabreo por la estúpida guerra de Irak, hicieron el resto. Por eso, sacar el 11-M ayer fue una acción deleznable por su parte y por la de Rajoy, que le siguió el juego. PSOE y PP deben respeto a lo ocurrido, ya que nos hemos enterado a medias de lo que pasó tras un juicio que no pasará a los anuarios de las grandes vistas judiciales, ni por instrucción, desarrollo, y menos por desenlace. Lo mejor del debate-prólogo fue el soporcillo. Yo hice como Bardem, me fume un purito y me tomé unas birras bien acompañado. ZP y Rajoy hicieron el resto: zzzzzzzzz
¿Más? Pues FJL, muy contento en su blog: "Como dije en LDTV nada más terminar el debate, no hay una sola cosa dicha por Mariano en la que no me haya visto representado. Y más importante aún: no hay una sola por la que me sintiera ofendido o me llevara a dejar de votarle. Casi todo es mejorable, pero también empeorable. Y es muy difícil que Mariano Rajoy tenga una noche tan grande como ésta. Las encuestas dirán lo que digan y en las urnas ganará quien gane, pero ese es el partido político que media España sostiene y se merece, aunque no siempre la criatura esté a la altura de la mamá. Esta vez, sí. Gracias, Mariano".