16 feb 2008

María y Miguel, esperanza en Casas Viejas


Me ha parecido gracioso el trato -fenomenal por otra parte- que ahora va y le brinda El País a la historia de María Silva Libertaria y Miguel Pérez Cordón, los padres de Juan Silva. Todo surgió en agosto de 2005. Yo, tras un período en Madrid, regresé a Jerez, donde encontré la felicidad y opté por formar de parte de un proyecto, algo que lamentaré mientras viva. Pero, paralelamente, después de cuatro años y medio, regresé al periodismo, a escribir en El Mundo de Andalucía. Y ese verano, con la cámara que me había regalado Mary me fui a San José del Valle, para encontrarme con Juan Pérez, de quien me honro en ser amigo desde entonces. Aquella historia lamentable del hotel sobre la memoria dió la vuelta al mundo y el coro mediático sociata decretó el apagón informativo. Pero no pudieron, la verdad, la razón -cuando se tiene- siempre se acaba imponiendo. La penitencia, por ser aquel periodista que contó la historia, es que la Fundación Casas Viejas nunca ha tenido conmigo el más mínimo detalle. Ni falta que hace, porque este pasado jueves -en Paterna- la editorial Almuzara, de mi admirado amigo Manuel Pimentel, presentó el libro del historiador José Luis Gutiérrez Molina sobre los padres de Juan. Es una de las más bellas historias que recuerdo haber sentido. Felicidades a todos menos a los mediocres de espíritu. Morirán así, mediocres. Lo que sigue a continuación lo escribí con gran cariño.

8 agosto, 2005

Casas Viejas 2005
Estos días he pensado mucho en la historia de España. Me ha conmovido la de Juan Pérez, nieto de Curro "Seisdedos". Un grupo empresarial está construyendo un hotel de cuatro estrellas, café teatro y restaurante en Benalup-Casas Viejas, en el mismo escenario donde perdieron la vida jornaleros y guardias en 1933. Los tristes Sucesos de Casas Viejas. La madre de Juan, más conocida como María Silva, "La libertaria", logró escapar de la choza, arrasada por los Guardias de Asalto de la Segunda República Española. No acierto a comprender, de veras, la razón por la que nadie se puso en contacto con él. Simplemente no lo entiendo. Habría sido muy fácil hablar, explicarle lo que se quiere hacer con la memoria de su madre, pedirle permiso, en fin, "un poquito de por favor", de la misma forma que yo lo hice. Compartimos un café de cuatro horas y cientos de recuerdos. La memoria como negocio. La historia la hemos contado estos días en El Mundo de Andalucía. Creo que la CGT piensa hacer algo al respecto, "con respeto", dice Agustín Gómez, secretario general de la CGT en Andalucía.