No quiero dejar pasar más tiempo para decir que me da pena ver lo que le pasa a Andrés Pajares, como la carroña del periodismo del hígado se ceba en una persona que necesita ayuda. De eso se da cuenta cualquiera. Qué difícil es la vida, y qué complicada nos la hacen algunos y algunas. Suerte a Pajares que no es ningún monstruo, solo un ser humano en apuros.Y cada vez hay más hijos de puta sin corazón que disfrutan con hacer daño.Ellos mismos. Espero que pronto, si recibe ayuda, Pajares nos vuelva a hacer reir a todo. Que vuelva Makinavaja...