Que el restaurante cofinanciado que Pablo Grosso quiere hacer en la plaza de Santa María del Mar va a ser un pelotazo, de eso no hay duda. Como tampoco que ese pelotazo empresarial (dicho esto en el buen sentido) le está trayendo más de un quebradero de cabeza a la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez. Yo no sé quien diablos le ha convencido de esta idea, que debería someter de nuevo a estudio y si alguien queda mal que se joda, que para eso está en política ganándolo muy bien. Me uno a la protesta, con el espíritu que tiene mi amigo JJ Téllez: "Cada martes estaré allí, Pablo Grosso, con la añeja Harley Davidson de mi espíritu, con las flores mustias en el pelo y el símbolo de haz el amor y no la guerra reliado en los bolsillos con una receta de Viagra. A las 20.30 horas más o menos, cada martes digo, en la plaza de Santa María del Mar, junto a la playita de las mujeres donde besé a la primera novia cuando todavía duraba la guerra de Vietnam y la libertad eran los Alcances de Quiñones. Agrupémonos todos frente al recinto en donde ahora vas a colocar un quiosco de diseño en donde seguro que deconstruyes la piedra ostionera en vías de extinción en Puerta Tierra. No se trata de reventarte un negocio. Se trata de que tu negocio no reviente un espacio público". La foto es de Miguel Gómez, reproducida en la web de Cádiz Centro y obtenida, creo, que de La Voz de Cádiz.