Inmersos como estamos en la crisis se nos olvida lo más importante: vivir. Leo, con interés, la información que Antonio Salvador hace para El Mundo de Andalucía -¿es verdad que le tocan también los 'ajustes de la crisis'- sobre el plan de formación de los ex trabajadores de Delphi. La foto es de Pepe Ferrer. Y me detengo a pensar, no ya en el asunto de la bodega, no, sino en el futuro que les espera, agravado por la crisis que nos va entrando en vena. A estas alturas no sé a quien echarle la culpa, pero creo que en vez de estas historias, Antonio y otros deberíamos centrarnos ahora en qué está pasando con los activos, ahí está la madre del cordero. Me lo acaba de decir, por teléfono, un parado con expectativa, es decir, un inactivo. Dicho queda. Mejor haría Barroso en rebuscar en ese terreno aunque me cuentan que no lo hace porque quiere acumular los años necesarios para una buena jubilación, de categoría. El Parlamento Europeo aprobó hoy la ayuda de 10,5 millones que el Fondo de Europeo de Adaptación a la Globalización (FEAG) ha concedido a España para impulsar la recolocación de los 1.589 trabajadores afectados por el cierre de la factoría Delphi en Puerto Real. Los eurodiputados, reunidos en sesión plenaria, aprobaron la subvención por 634 votos a favor, 32 en contra y 19 abstenciones. La Comisión Europea (CE) había dado el pasado mes de julio luz verde a la ayuda de 10,5 millones con cargo al FEAG, un instrumento que entró en funcionamiento el 1 de enero de 2007 para paliar el impacto económico producido en la UE por deslocalizaciones o reestructuraciones. La cantidad fue algo inferior a la solicitada por España, que había pedido una partida de 15 millones de euros del fondo para hacer frente al cierre de la planta de componentes de automoción. El desmantelamiento de la fábrica de la empresa estadounidense en Puerto Real implicó 1.521 despidos en esa factoría y 68 en las plantas de proveedores. La multinacional decidió cerrar su factoría en la provincia de Cádiz el 31 de julio de 2007 y trasladar la producción a la planta que tiene en Tánger (Marruecos), que ofrece mano de obra más barata, ventajas fiscales y mayor proximidad de las materias primas. Bruselas justificó en julio el uso del fondo al ser los despidos "consecuencia de una tendencia presente en los Estados miembros de la Comunidad de transferir una parte de su producción a terceros países". Dotado con 500 millones de euros anuales, el FEAG puede intervenir cuando se producen en un país de la UE despidos de más de mil trabajadores en una sola empresa, incluidas sus subcontratistas, o en varias empresas de un sector de actividad en una o más regiones.