Cielos, muy movidito anda el patio mediático en la provincia y, sobre todo, en la capital. Hay que estar muy atentos a la limpieza -que se presume- del concurso para proveer una plaza de periodista en la Universidad de Cádiz. De casi un centenar de compañeros, ocho fueron seleccionados pero, por lo visto, hay quien 'intenta' -es la expresión exacta- salirse con la suya, como siempre, con los suyos. Esperamos del buen criterio de los responsables del concurso, que no se dejen llevar por cantos de sicofantes que pasean por la calle Ancha y San Antonio. Además del disgusto que muchos se llevarían a alto nivel. Pero yo, la verdad, no tengo duda de la limpieza del proceso de selección, aunque si algo pasara todo se terminaría sabiendo ¿no?
Otra plaza que ha quedado libre, tras la marcha de su titular a tierras peligrosas, es la del Consorcio del Bicentenario. Para ocuparla -caso de que salga a concurso (¿así debería ser no?) suenan muchos nombres y, para no perjudicar en exceso a los compañeros no los mencionaré, aunque todos están en la órbita institucional. Lo que no se sabe es cómo le habrá sentado el asunto a sus actuales jefes políticos ¿lo conocen? Hay periodistas leales que se lo han contado y esos no tienen problemas, pero hay otros... Es que ese tipo de cosas es muy jodida, tanto como saber la forma en la que muchos, dicen que a la sombra el El padrino de la cosa mediática gaditana, accedieron a sus puestos tan ricamente ¿Habrán besado su anillo? ¿le han jurado lealtad hasta el infinito y más allá? Quizás, quizás, quizás. Y por último, no quisiera pasar por algo que hay dos plazas libres de operador de cámara en Onda Jerez, según me cuentan algunas lenguas de triple filo. En fin, nada malo buscar un lugar seguro, siempre y cuando se haga todo, en todos los casos antes citados, con luz y taquígrafos.