Ni de coña, no te quedes apalancado en el sofá. Que la lluvia y el frio te den en la cara. No tengas miedo, ni creas que alguien me cuentan cosas de tí. No, te conozco bien, sal de la casa, da un salto, abrígate, sobre todo el corazón, porque el tuyo es grande. Y pasa de todo hoy. Es sábado, y toca salir a pecho descubierto a recorrer las calles, con la petaca de whisky que la crisis ha vuelto a sacar del armario. Crisis, más crisis. Llénala de Jack Daniels, como yo acabo de hacer, sin rubor. Si abres tu corazón, puede que alguien intente hacerte daño, pero no lo sabrás si no lo dejas intentarlo. Ya tienes experiencia, lo verás venir. Nadie ha escrito de cobardes, te he dejado una canción (gracias again, Glendon). Yo acabo de sacar mis viejas botas rockeras, una camiseta de Bon Jovi de su último concierto en el estadio de la Peineta (Madrid), los vaqueros más cómodos y una cazadora roja, puto reclamo para que te fijes en mi cabreo. No quiero encontrarme con indeseables, solo quiero respirar, ser libre. Y no te cortes si, como yo, sueñas con ser uno de los 300 espartanos. Vive.