Antes que empezaran a caer chuzos de punta me he dado una vuelta por el centro de mi pueblo, Jerez. No saben como cae, bien temprano, una buena rebaná de pan campero con manteca colorá y cafelito bien hecho en La Moderna. donde todos los camareros son amigos que te llaman por tu nombre y no pierden detalle. Un placer encontrarme con Agustín Aguilar, de cuyo buen trabajo había oído siempre hablar y que estoy certificando. Un excelente decorador, buena persona y amante de Jerez. Ayer tampoco estuvo mal la cosa, entre tertulianos, con más horas (dos) que nunca pa largá fiesta en la tertulia del Rincón Malillo, que dirige Eugenio Camacho, a quien pronto tendremos en la Asociación de la Prensa de Jerez, como a Paco Sánchez Múgica.
Pues bien, menudo homenaje le dimos ayer (ellos más que yo, que me tuve que ir) al buen mosto, al que los frios le vienen de maravilla. La Viña el Corregidor estaba rodeada de viñedos no hace mucho, pero ahora las albarizas están tristes, huérfanas, pendientes de los olivos que algunos, pa hacer caja, comienzan a plantar por fincas cercanas. Son tiempos de conversaciones entre amigos, de alegría y mensajes positivos, es lo mejor para combatir la crisis. Hasta nos encontramos con Casto Sánchez, su esposa, y amigas, dispuestos a dar buena cuenta de las delicias culinarias de este enclave, con una de las mejores vistas de Jerez en su porche. Y con María Cala, Pepe Berasaluce (menuda caña el blog), Carlos Jurado, Rafael Benítez, Paco Camas, Salvador León, Pepe Ganaza, Laura Carretero, Juan Andrés García, Esteban Fernández y Susana Padilla, que tras la boda de su jefe está dedicada en cuerpo y alma primero a su verdadero amor, Ariana, y luego a su gran jefa, Pilar Sánchez, con una agenda de no te menees.
