11 dic 2008

La herencia del GIL y la responsabilidad compartida



En Jerez los socialistas están que trinan por la herencia de Pacheco. En Marbella, la alcaldesa, Ángeles Muñoz (PP), está profundamente preocupada por las deudas heredadas del Ayuntamiento durante la etapa GIL. La regidora informó ayer sobre las dos reuniones que mantuvo en Madrid con el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y con el secretario general de Financiación Territorial del Ministerio de Economía y Hacienda. Muñoz expuso en ambos encuentros, que ha calificado de positivos, la necesidad de renegociar las deudas contraídas con Seguridad Social y Hacienda entre los años 1991 y 2006. “El Ayuntamiento desde 2006 paga todos los meses religiosamente cuatro millones de euros -2,5 millones a la Seguridad Social y 1,5 a Hacienda- para hacer frente a sus obligaciones y en este tiempo no ha solicitado ninguna moratoria, extremo que no pueden decir otros Consistorios”, ha aclarado.

En este sentido, ha subrayado que tanto el ministro como el secretario general de Financiación Territorial han valorado muy positivamente que el Ayuntamiento desde hace dos años esté al corriente de sus pagos y mantenga una línea “de seriedad, haciendo frente a sus obligaciones y con la expectativa a corto, medio y largo plazo de que Marbella saldrá de la situación heredada”.
Por todo ello, Muñoz ha señalado que el año 2006 marca un antes y un después en el Ayuntamiento y la deuda heredada de la etapa GIL “debe ser tratada de manera diferente”. De esta forma, la alcaldesa ha trasladado a los representantes del Gobierno central los compromisos de continuar haciendo frente a los pagos corrientes y presentar en las próximas semanas un plan de viabilidad que recoja un calendario y un procedimiento “que no siga generando intereses para Muñoz considera que se puede alcanzar un acuerdo entre todas las administraciones, incluida la Junta de Andalucía, a la que el Ayuntamiento adeuda 100 millones de euros en concepto del anticipo reintegrable. Por último, ha mostrado su convicción en que todas las administraciones “seamos capaces de tener la sensibilidad suficiente para que Marbella salga de una manera razonable de la situación en la que nos han dejado”.