1 feb 2009

Rajoy & Rato


Negrita
Cada vez que el ex vicepresidente español Rodrigo Rato aletea, el efecto mariposa provoca un huracán en el determinados ámbitos del PP y, de paso, el alborozo de socialistas y plumas habituales adeptas al régimen. No me extraña que muchos miren hacia él en estos momentos, pero aún es pronto para cualquier novedad, creánme. Y quedan dos procesos electorales, gallegas y europeas, para dirimir muchas cuestiones. Y no pasen por alto, por favor, que si el PP es un gran partido uno de los máximos responsables es el propio Rato, por lo que nunca hará nada en contra de la disciplina de la organización y no sacará la daga para rebanarle, políticamente hablando, el pescuezo a más de uno, aunque se lo merezca por botarate. 
Mientras los sesudos periodistas tertulianos, tras leer el argumentario socialista del día, se apresuran a analizar el discurso de Rato para ver si envía algún mensaje, los que le conocemos no tenemos más remedio que sonreir. No les quede duda que cuando Rato se quiera mover lo hará sin miedo, hablará sin tapujos y no se lanzará a la piscina sin agua. El vicepresidente económico de los años de Aznar -que nos advierte ahora de una "demolición"- no necesita quien le escriba el guión o artículos incendiarios con pseudónimos de risa. Rato sabe lo que tiene que hacer. Seguro. El personal anda muy entretenido en España con la chapucera historia de los espías madrileños, propia de Anacleto, agente secreto, pero de una tremenda gravedad en el fondo. No pasa nada, porque la crisis es tan tremebunda y persistente que terminará aflorando como el gran tema del que nos apartan de vez en cuando. 
(La foto se la hice en la calle Génova, durante la segunda campaña de la comunidad de Madrid, tras el 'tamayazo' del PSOE)