14 abr 2009

El capital de Pilar



La alcaldesa de Jerez, la socialista Pilar Sánchez, tiene que reaccionar. Con Zarrías y Chaves en Madrid -por mucho que quieran controlar la cosa, el Gobierno les va a absorber mucho, Pilar se queda sola, por decirlo de un modo amable. Hay un clamor sordo, un chau-chau interno que le reclama mayor complicidad con sus 'aliados naturales' es decir, los de su generación. Cuando gobernaba el PP, la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, no dudaba en visitar los despachos ministeriales y nunca se venía de vacio, siempre lograba un compromiso, una inversión, todo para Cádiz. Y contaba con sus diputados y senadores, juntos por Cádiz. Pues bien, Pilar Sánchez -y lo digo por el bien de Jerez- tiene que pillar el AVE, llamar antes a diputados y senadores socialistas, y ponerse manos a la obra. 
Hoy, un socialista curtido -que raras veces se ha parado a hablar conmigo, pero con el que comparto muchas ideas- admitía su grave preocupación en ese sentido. No hay nada contra Pilar, pero se le exige mayor coordinación con su gente. Porque, hay que decirlo claro, todo lo que la alcaldesa pueda conseguir será para Jerez algo positivo. Es tiempo de ponerse manos a la obra y, sobre todo, de cuidar su imagen, que personas de su entorno directo deterioran solo con su nociva presencia. Seguro que Pilar les encuentra acomodo, en ese estilo tan suyo de no despedir a nadie de los suyos, pase lo que pase y aunque verifique las maldades por escrito. 
No creo que Pilar haya olvidado que si es alcaldesa es por la conjunción de varios factores. Primero que ha capitalizado el hartazgo jerezano del 'régimen' anterior, segundo porque ha simbolizado el cambio y tercero porque se espera de ella que gobierne para los militantes, los simpatizantes y los que le han dado su voto como gesto de confianza de que logrará desintoxicar la sociedad jerezana. Si Pilar Sánchez dilapida ese capital que le ha entregado el pueblo jerezano, que sepa que el PSOE no gobernará en muuuuuuchos años. Y no es una opinión mía, la comparten muchos de los suyos. Y la escucho en bares, tertulias y a personas que no comulgan con ella pero que la apoyan de momento sin reservas.