Llevo un rato sentado un rato, tocándome los bowlings (sorry, es verdad), con gesto serio, después de haber visto el telediario de las 14,30 de Canal Sur, presentado por Álvaro de la Santa. Las CINCO primeras noticias -negras, negrísimas, sucesos, muertos, carbonizados, asesinados, muertos, droga- me llevan a pensar, directamente y sin anestesia, que estoy viendo la versión televisiva de EL CASO. Espero que el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, sienta la misma verguenza que yo siento al ver el bodrio informativo que nos suministra el kanaliyo: impresentable, bochornoso, triste, increíble.
Dicen en el entorno de Griñán, que el presidente no está nada contento con Canal Sur, que quiere quitarle ese olor a naftalina folklórica, a botafumeiro gallego, transformarlo en un instrumento de comunicación que transmita la verdadera imagen de Andalucía, emprendedora, moderna, llena de vitalidad, lo que apenas nos dejan ver en sus horas y horas de programación que nada aporta a ciudadanos de este siglo. Y eso sin hablar de la pluralidad, pese a los esfuerzos de algunos profesionales de la casa. Prefiero EL CASO a Canal Sur, las imitaciones no son buenas.
Hablando de televisiones, me cuentan que la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, tiene claro que ha de cambiar algunos criterios para que Onda Jerez no se quede en el furgón de cola de las teles locales. Ha caído en mis manos un informe demoledor, en clave interna socialista, sobre la política de comunicación, y por respeto a su autor no desvelaré nada. Pero coincido con él. Y Hasta casi lo firmaría punto por punto...