La OMS ha dado a conocer hoy las directrices para el uso de los antivíricos en el tratamiento de los pacientes infectados con el virus H1N1 pandémico. Las directrices representan el consenso logrado por un cuadro internacional de expertos que examinaron todos los estudios publicados acerca de la inocuidad y eficacia de estos medicamentos. Se prestó especial atención al empleo del oseltamivir y el zanamivir para prevenir la gripe grave y la muerte, disminuir la necesidad de hospitalización y acortar la estancia hospitalaria. Actualmente, el virus pandémico es sensible al efecto de ambos medicamentos, llamados inhibidores de la neuraminidasa, pero resistente a otra clase de antivíricos, los inhibidores de M2.
El 40% de casos de infecciones graves causados a nivel mundial por la gripe A ocurren en niños y adultos sanos, éstos últimos menores de 50 años, según reveló la Organización Mundial de la Salud (OMS). A nivel mundial, la mayoría de los enfermos infectados por el virus pandémico presentan los síntomas gripales característicos y se recuperan plenamente al cabo de una semana, incluso si no reciben ningún tratamiento médico. Las personas por lo demás sanas que padecen una gripe sin complicaciones no necesitan tratamiento con antivíricos. Desde un punto de vista individual, las decisiones sobre el tratamiento de un paciente determinado deberían basarse en su estado clínico y en lo que se sabe acerca de la presencia del virus en la comunidad.
El personal sanitario asistencial, los pacientes y las personas que cuidan de ellos en casa tienen que estar muy alerta para detectar los signos de advertencia que indican la evolución hacia una forma más grave de la gripe con el fin de tomar medidas urgentes, entre ellas el tratamiento con oseltamivir.
Signos de peligro en todos los pacientes
El personal asistencial, los pacientes y quienes los asisten en casa tienen que estar alerta ante la aparición de signos de peligro que indican la posible progresión hacia una gripe más grave. Como ésta puede evolucionar con gran rapidez, se debe buscar atención médica inmediata cuando en una persona con infección presunta o confirmada por el virus H1N1 aparezca cualquiera de los signos siguientes:
- sensación de falta de aire, ya sea en reposo o al hacer esfuerzos físicos;
- dificultad para respirar;
- aspecto azuloso o amoratado de la piel y los labios;
- esputo sanguinolento o de color anormal;
- dolor torácico;
- alteraciones de la conciencia;
- fiebre elevada que persista por más de tres días;
- caída de la presión arterial.
- En los niños, los signos de peligro consisten en respiración acelerada, dificultad para respirar, torpor, dificultad para despertarse y pocas ganas o ninguna de jugar.
En el mismo documento, la OMS aclara que el agravamiento de un paciente no está asociado necesariamente a enfermedades preexistentes o a condiciones delicadas de salud.