10 feb 2010

Unidos seremos grandes, seremos fuertes...


Por mis venas corre sangre de inmigrantes españoles en Francia, pasando por el desierto de Almería, mezclada con la Jaén, asentada en Jerez, apasionada por Córdoba y Madrid. No trago a los catetos ultralocalistas. Nunca, por Dios. Que les den. Desde el primer OT (fue el mejor) me alegra escuchar al 'bisbi', al almeriense David Bisbal.
"Seremos grandes, seremos fuertes, somos un pueblo, bandera de libertad". Me gusta este himno, este mix entre un somalí y un andaluz, eso es alianza de civilizaciones "en las calles, muchas manos levantadas celebrando una fiesta sin descanso, los países como hermanos". Resulta que Zapatero no quiere un pacto de Estado para salvar la situación, y Rajoy tal que tal, Duran i Lleida tan sensato y sibilino como siempre, Llamazares sin darse cuenta del ridículo que hace cada vez que habla.
Los finlandeses supieron convertir a su país en el más competitivo del mundo. No voy a abundar sobre el caso de Finlandia, porque sus señorías son infinitamente más sabias y ricas que yo (que indaguen las razones), pero no veo sensatez, no les veo pensando en la pobre gente que ya no tiene prestaciones, en aquellos que ignoran como es posible que lleguen a fin de mes pese a que el día 5 el cajero de los que ganan siempre les hace una pedorreta.
Tenemos que cambiar a toda esta gente, impulsar nuestro país como merecemos, pero esta panda no vale, porque no tiene valores. Es como yo lo veo, pero no los meto a todos en el mismo saco, porque la inmensa mayoría de la clase política, la que mama de la teta lo justo, sin abusar, es honesta. Hay que echarles de los sillones, y no solo me refiero al Gobierno, porque no hay forma de ser grandes, de ser fuertes si cada uno rema hacia donde le parece. Este partido lo ganaremos unidos, de otra forma habrá que anularlo, cambiar a los jugadores y a los capitanes, no habrá más remedio. Solidaridad, talante, por favor.