Vaya, no sé si le he complicado la vida a mi amigo Enrique Montiel con mis ideas sobre las candidaturas isleñas, pero le agradezco mucho que en las páginas de Diario de Cádiz, en su columna, me cite al hablar sobre Ikea. Opina Enrique que "la bahía ha salido ganando con este Ikea, nos ha ahorrado la autopista a Sevilla y el calor que hace allí dentro de nada, hoy mismo. Y que está esto de la sinergia, del oca en oca y tiro por que me toca. Digo los cines 3D cuyas butacas tiemblan, el derrame comercial en los predios de Trebujena, esas ondulaciones verdes ahora por las lluvias que dan al caserío blanco, humilde y trabador, y al río, gran rey de Andalucía. Y el Puerto de Santa María, con su ribera. Y Jerez mismo. Todo un circuito interior, doméstico, que es en lo que pensaron los suecos para esta inversión, esta apuesta por un territorio de beneficios".
Me sorprende, quería decirlo, la virulencia de los comentarios publicados estos días atrás por lectores de Diario de Jerez. Demasiada inquina a mi modo de ver, demasiado odio cateto entre ciudades con tantos puntos de unión. Uno, como ser metropolitano, que tiene en la A4 su modo de vida, tiene claro que el camino es el de la unión. Como lema me gusta eso de la "república independiente de mi casa" pero ciertamente no aplicado a las ciudades.