El próximo 4 de mayo, el programa Buenos Días, de Onda Cádiz, cumple un año. Doce meses de tertulias en libertad. Comprendo a que los enemigos de la democracia, la libertad y la alegría les joda que insista en ello, pero es que es verdad. Hay quienes están interesados, a un lado y otro del espectro político, en que no sigamos en antena. Y lo han intentado, doy fe de ello, con denuedo y malas artes. Pero afortunadamente hay una persona que entiende que si es necesario demostrar que otra televisión pública de calidad es posible, no hay otro camino que actuar con normalidad y talante democrático. Y por eso, por esa persona, seguimos en antena. Es justo que lo diga. Nuestros apoyos son tan frágiles y fuertes a la vez como lo fueron los de quienes impulsaron la Constitución de 1812. Quique García Agulló recordó esta mañana, sabiamente, que el absolutismo se cargó esos principios en dos años, sin piedad. Así es la vida. Ahora, dos siglos después, Cádiz reivindica esos valores, aunque no esté de moda.
En la videoteca, en los informes elevados al Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) queda constancia de que la pluralidad y el respeto a las ideas ha estado presente en todo momento en Buenos Días, porque han constituido el ideario del programa. Por eso me siento orgulloso de haber compartido este año con todos vosotros, y con Guillermo Riol, porque muchos seguro que os habéis dado una vuelta por esa videoteca. Gracias. Nuestra modesta efemérides casi va a coincidir en el tiempo con el Congreso de la Federación Internacional de Periodistas (con presencia en 130 países y medio millón de socios), al que asistirán más de 600 periodistas procedentes de casi un centenar de países. El espíritu de La Pepa ha sobrevolado la mesa de redacción en todos estos meses, y eso nos ha mantenido pegados a la tierra, a la realidad.