La alcaldesa de Jerez tiene una misión vital para su futuro político. O pacifica el ambiente sindical y municipal o por aquí no pasará ni el apuntador. Nadie quiere, y Griñán menos, verse sometido a una de esas broncas que del montuno sindicato CGT para que la imagen se vea amplificada a toda España. Pax romana cuanto antes. Y en eso está Pilar Sánchez que, como política, está aprendiendo más de las dificultades que viene viviendo en estos meses. Su calvario está a punto de finalizar, solo que debe arreglar algunos flecos. Y en ello está. Lo de la lista y la campaña puede esperar, aunque no mucho. Lo justo.