29 oct 2010

Si nos avisan de un tsunami en Cádiz ¿qué hacemos? ¿hacia dónde vamos?


Lo conté hace tiempo en este blog, y luego en EL MUNDO, y me llamaron alarmista. Y no tengo claro que sepan cómo evacuarnos de la bahía si se diera un tsunami. Creo que me quedo en Jerez, en lo más alto de la ciudad. Leo en La Voz de Galicia que las costas españolas están al alcance de varios focos sísmicos capaces de generar tsunamis, que en el peor de los casos causarían olas de hasta 15 metros de altura en Huelva y el litoral atlántico de Cádiz, como ya ocurrió, según el estudio, el 1 de noviembre de 1755, y de uno a dos metros en el mar de Alborán y las Baleares. Un equipo de científicos de la Universidad de Cantabria realizó un estudio para identificar las áreas de riesgo de tsunami en Europa.

Los resultados fueron expuestos en tres artículos en la revista Turkish Journal of Earth Sciences, en los que se examinan los focos de riesgo en tres zonas: costa atlántica, cinco fallas del mar de Alborán que causan pequeños tsunamis en el Mediterráneo cada 25 años, aproximadamente, y los terremotos de Argelia que envían olas hacia Baleares. Uno de sus autores, el investigador colombiano Mauricio González, del IH Cantabria, precisó que el mayor riesgo está en Cádiz y Huelva, costas expuestas históricamente a grandes tsunamis, con olas de 15 metros. Según el estudio, en Huelva ya pasó en 1755, «y solo es cuestión de tiempo que vuelva a ocurrir».

¿Que si estamos preparados? Ni de coña. Lo justo. "Todavía no existen medidas de prevención o de alerta para la población española, a pesar de que el Comité de Tsunamis Español elaboró una propuesta de un sistema de alerta frente a tsunamis en el litoral español hace cinco años" (Más info). “Un evento similar al de 1755 generaría una tragedia en toda la costa, por las urbanizaciones y la ocupación de la costa que encontramos hoy en día. Posiblemente sea una tragedia peor que la de Indonesia si ocurriera en época de verano. Sólo es cuestión de tiempo que vuelva a ocurrir, podría ser mañana, dentro de seis meses o dentro de 50 años, y lo peor es que no estamos preparados”, denuncia el científico.