La renovación no es poner a los cachorros al frente de la manada. Renovación es regeneración y limitación de mandatos, nuevas caras, aires, ideas, otros candidatos/as. Jóvenes y maduros pueden y deben coincidir en los objetivos. Y eso, quiera o no Cabaña, es lo que le están exigiendo en el PSOE de Cádiz. El sector crítico va muy en serio y si el aparato del partido sigue interesado en que no nos "manipulen" (ya nos cuidamos nosotros de hacer bien nuestro trabajo) lo que debe hacer es aportar ya todas las cifras, los datos y no generalizar para llegar a las conclusiones apetecidas.
El secretario provincial del PSOE está acorralado, pero no solo por el sector crítico, sino por sus propias manifestaciones. Reprochar el fracaso a otros compañeros (cuando hay pruebas en Jerez del acoso y derribo contra la anterior alcaldesa) y exhibir la pobre victoria de su pueblo, Benalup, amén de intentar hacernos creer que no se esta blindando su futuro (cotizaciones para la jubilación) es tomarnos por tontos del culo. Y hasta ahí podíamos llegar. Por otra parte, veremos que talla tiene ahora el otro aparato del partido, el de Andalucía, temeroso hasta el ridículo de no hacer cambios justos en la provincia.
Un detalle para profanos e ilusos. Si Cabaña va el tres y se confirman las expectativas del PP, igual el veterano socialista se queda con un palmo de narices. Ni les cuento el eficaz y gran diputado Salvador de la Encina, que debería ya ir buscando otros rumbos profesionales. Pero es que hay un leve detalle. Cabaña tiene que dimitir como alcalde antes de ser proclamado candidato, y dejar la Diputación de Cádiz, obviamente. Caray, que como no salga como diputado se queda en la puta calle. Donde nunca ha estado desde hace décadas. Qué frio. El PSOE de Cádiz es Jurassic Park.
