Asisto en mi ciudad al dantesco espectáculo de una oposición al PP empeñada en convertir el camino de Pelayo en un paseo militar, salvo que el juez Ruz le proporcione una sorpresa gurteliana o que ella misma sea llamada a otros menesteres, lo que dudo mucho porque Pepa está muy a gusto en el afrancesado rol de alcaldesa-senadora. Aunque a veces El Intermedio la deje boquiabierta. Como mi influencia es mínima en lo que pueda hacer o decir, comento que me parece que el otro día con Gonzo estuvieron bien los dos. Estas cosas las he vivido (aprecio el apuro de Rosana, la jefa de prensa) y lo mejor es afrontarlas directamente, sin malos rollos. Pero regresando a la cosa de Jerez, calmadas las aguas en el PSOE por sentido común regional, también en IU (esta semana queda el asunto zanjado, ya verán), con el Foro Ciudadano aguantando lo del "partido de Pacheco", UPyD sin rumbo y los de Ganemos-Podemos-Lo que sea decidiendo el sexo de los ángeles, si no se ponen las pilas ya Pelayo se va a poner la guerrera y paseará, firme el ademán, por las calles de la ciudad. Os dejo y me voy a dar una vuelta por los tabancos canturreando una canción que hoy me martillea el corazón. ¿Nos queda esperanza a los que nos negamos a que nuestra ciudad sea de unos o de otros? ¿a los que nunca olvidamos de donde venimos? ¿a que nos presentamos? Batalla, guerra, hay de largo, ni se imaginan. "Nadie es mejor que nadie..." Todos tenemos razones para la insurrección, con o sin ley mordaza. Pero igual mejor es animar la corrida desde el burladero...