Olivia Pope, estrella de la serie Scandal, protagonizada por Kerry Washington. Foto ABC |
Leer escuchando Black man, de Stevie Wonder
Me he buscado Songs in the key of life, de Stevie Wonder,
para escucharlo mientras escribo este comentario. Me gusta más desde que supe
que era el álbum favorito de mi abogada virtual Olivia Pope (Scandal, producciónde ABC) y de su padre. El modelo de bufete, dados los tiempos que
corren en España, sería perfecto para replicarlo. Y está basado en la experiencia
de la abogada Judy Smith
(coproductora ejecutiva de la serie), una experta en gestión de crisis.
No os cuento más, que para eso lo
hizo muy bien este pasado 1 de agosto la periodista Begoña Gómez, de El País
(leed). Smith ha publicado un libro que se llama Scandal (obvio). Cuenta la compañera del diario de Prisa que los personajes a los que
asesora la auténtica abogada, tienen algo en común: “Suelen estar rodeados de
gente que sólo les dice lo que quieren oír y yo me encargo de hablarles con
firmeza, sean quienes sean”. Me suena tanto...
Ser asesor no es pasarle la mano
por el lomo al jefe ni alabar la calidad del traje chaqueta de la jefa o darles
la razón siempre y en todo momento como si fueran idiotas. Un profesional tiene
que tener olfato, sentido común, ser valiente, tiene que saber decir las cosas
claras para que cuando aquel a quien asesora tome su decisión tenga toda la
información que necesita, posibles consecuencias, pasos a seguir y soluciones. Lo
contrario es ineficaz.
Llegan tiempos para gladiadores
Hay quienes pretenden saberlo
todo sin haber sufrido una puta crisis, que es donde te curtes, con heridas de
guerra, luchando a cara de perro, con recursos escasos y poco tiempo para
reaccionar. Hay algunas cuestiones básicas: un asesor debe procesar rápido y
bien toda la información que maneja, acumular datos, pero saber mucho no es
suficiente, hay que tener velocidad de respuesta. Y el miedo no es una opción. Esto
no es para perrit@s de la señorita Pepis.
Es para gladiadores porque el interés general lo merece, porque son demasiadas
las conquistas sociales que están en el punto de mira de quienes mecen nuestra
cuna.
Llegan tiempos salvajes antes de
las elecciones generales, en las que el
PP juega con mucha ventaja aunque tenga a mucha gente cabreada y los
partidos emergentes (Podemos y
Ciudadanos) suban como la espuma (relativamente). Es la economía idiotas, y
el poder ejercido sin complejos (¿han visto lo del Constitucional?), porque
quien controla este país es quien publica en el Boletín Oficial del Estado, o el BOJA (llegado el caso andaluz).
La economía muestra signos de
recuperación en función de cómo presentes las cifras y la venta que hagan de
todo tus terminales mediáticos (eso merecería otro gran capítulo). Es así, no
le den vueltas. Hay que leer mucho, escuchar, ver para hacerse una composición cercana
a la realidad. En los próximos días se esperan algunas decisiones financieras
para satisfacer justas demandas ciudadanas.
Mientras, ayer supimos que el
paro registrado por el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) bajó en agosto en 972
personas en Cádiz, lo que en términos porcentuales supone un descenso del 0,5%.
Pero el caso es que el número de total de demandantes registrados por las
oficinas de Empleo se queda en las 174.100
personas en la provincia gaditana. El departamento estadístico del SAE en
Cádiz indica que la provincia encadena ya siete meses consecutivos de bajadas
en sus listas del paro. No está mal, cierto.
Hoy podría hacer un sesudo
comentario sobre la actualidad de mi ciudad, que adoro pese a que a veces destila
un apestoso olor a naftalina y es muy ingrata con sus hijos, o un mix sobrevolando
la actualidad provincial. Pero no, no toca amiguit@s. Hoy no salgo de mi asombro con el Parlamento de Andalucía donde la
oposición que no debe considerar suficiente que un juez investigue el uso de
los fondos de formación.
¿De verdad que ustedes creen que sus
señorías no tienen otra cosa mejor que hacer? Miles, y todas a favor de
Andalucía. Pero no, tod@s tienen listos ya sus guantes de boxeo para lanzarse
al barro de la corrupción. El consenso de los grandes y pequeños temas ciudadanos
parece que no es el camino, no lo es la senda correcta del nuevo tiempo político,
la de la transparencia sin límites, la de las reformas electorales que todos
enarbolan, el relevo generacional y de ideas, esos cambios de los que siempre
hablan tanto y nunca ejecutan.
Y el de la colaboración sin
límites con la Justicia en todo aquello que demande al poder político. Y si
este Parlamento solo va a servir para que seamos espectadores de una guerra sucia
sin cuartel, mejor que se convoquen elecciones de nuevo porque nos merecemos
algo mejor, infinitamente mejor que lo que se avecina. Dejen al juez trabajar,
que el tiempo es oro.
Ciudadanos quiere presidir una comisión de investigación “sobre las
irregularidades en la concesión, gestión y justificación de las subvenciones
otorgadas por la Administración en materia de formación profesional para el
empleo desde el ejercicio 2002 hasta el 2014”.
Podemos se ha ofrecido, IULV-CA
también se postula, y el Parlamento de
Andalucía decidirá en su próximo pleno (al que no asistirá Susana Díaz, aún de baja maternal) si
la crea o no. El vicepresidente Manuel Jiménez
Barrios, presidente de la Junta en funciones según el Estatuto de Andalucía,
afrontará el reto parlamentario. Y se lo está preparando a conciencia.
No nos queda otra que permanecer
atentos a la jugada pero al revisar el orden del día del pleno andaluz veo que hay
asuntos infinitamente más importantes que el de crear o no una comisión. Como
el de las personas que necesitan acogerse a la ley de dependencia. Así que
señorías, vayan a sus familias y explíquenles que quieren hacer de jueces y
embarrar el trabajo parlamentario porque interesa ante las próximas elecciones
generales.
Una de música
No me canso de decirlo, Alejandro Sanz es un músico excepcional,
y una gran persona. Lo último que he visto ha sido su paso por El Hormiguero,
con el lesionado Pablo Motos. El primero concierto que vió Alejandro en su vida
fue en Algeciras, de Joan Manuel Serrat.
Sanz, el bueno, es un tipo con un gran corazón, busca sus canciones. Ahí lo
tienes.