Si es que no puede ser, cuando un lugar es un paraíso va el desarrollo inmobiliario y lo jode. Es lo que pasa cuando uno llega a la urbanización Atlanterra, si bien aún sobrevive dignamente en la mayor parte de la zona. El impacto del muro de ladrillo que les muestro es aún mayor de lo que se aprecia en la imagen. Y se anuncian más promociones (¿en qué pensará el ayuntamiento de Tarifa, Dios mio?). Si decides entrar al hotel, un estremecimiento te sacude el alma. Si vas a almorzar, a tomar un café o a disfrutar del espléndido chiringuito (vean la foto) con un buen gin-tonic, dejas el automóvil aparcado, y miras con miedo el cartel. ¿Será verdad que me voy a encontrar el coche hecho unos zorros? Hombre, la cadena Meliá debería tener un poco más de cuidado con estos cartelitos fascistas. Se puede decir de muchas formas, pero no así. Emprendo camino a la playa de los Alemanes y me encuentro, de sopetón, con la Duquesa de Medina Sidonia, Luisa Isabel Álvarez de Toledo, en su paseo de la tarde. Un encuentro agradable. " Pepe, ten cuidado con la playa, que la resaca es grande y hay peligro ". Sonrío y elevo la mirada por la balaustrada. Joder, tiene razón. Menuda paliza de olas, pero el agua está limpia, como el cielo, roto por un helicóptero de Vigilancia Aduanera. No sé por qué me sorprendo, la Duquesa siempre tiene razón, porque Isabel tiene una de las mentes mejor ambuebladas de este siglo. Y la aprecio mucho, hemos disfrutado de algunas tardes memorables hablando de la historia contemporánea y de mil cosas más, en su chalé de Zahara, con la adorable Lilian. Llegada a la playa, y no hay casi nadie. Que bien. Gaviotas chulas paseando el palmito, un par de amantes enarenados y poco más. Este es uno de los pocos paraísos de Andalucía. Gracias a Dios no hay chiringuitos, ni bares de playa, ni horteras musicales con los loros a toda pastilla. Solo el mar, bravo y vacilón. Y esa puesta de sol, que deja con la boca abierta y una cara de jili de las antológicas. Si alguien viene y jode este último paraíso del Sur, juro que me paso al anarcosindicalismo de acción directa. Que me hagan sitio. Que alegría tener este espacio para mostrar estas cosas. Disfruten de esta semana que comienza, tan dura o más que la anterior. Una oportunidad más para el amor y la vida. Salud.
19 sept 2005
El último paraíso del Sur está en Zahara
Si es que no puede ser, cuando un lugar es un paraíso va el desarrollo inmobiliario y lo jode. Es lo que pasa cuando uno llega a la urbanización Atlanterra, si bien aún sobrevive dignamente en la mayor parte de la zona. El impacto del muro de ladrillo que les muestro es aún mayor de lo que se aprecia en la imagen. Y se anuncian más promociones (¿en qué pensará el ayuntamiento de Tarifa, Dios mio?). Si decides entrar al hotel, un estremecimiento te sacude el alma. Si vas a almorzar, a tomar un café o a disfrutar del espléndido chiringuito (vean la foto) con un buen gin-tonic, dejas el automóvil aparcado, y miras con miedo el cartel. ¿Será verdad que me voy a encontrar el coche hecho unos zorros? Hombre, la cadena Meliá debería tener un poco más de cuidado con estos cartelitos fascistas. Se puede decir de muchas formas, pero no así. Emprendo camino a la playa de los Alemanes y me encuentro, de sopetón, con la Duquesa de Medina Sidonia, Luisa Isabel Álvarez de Toledo, en su paseo de la tarde. Un encuentro agradable. " Pepe, ten cuidado con la playa, que la resaca es grande y hay peligro ". Sonrío y elevo la mirada por la balaustrada. Joder, tiene razón. Menuda paliza de olas, pero el agua está limpia, como el cielo, roto por un helicóptero de Vigilancia Aduanera. No sé por qué me sorprendo, la Duquesa siempre tiene razón, porque Isabel tiene una de las mentes mejor ambuebladas de este siglo. Y la aprecio mucho, hemos disfrutado de algunas tardes memorables hablando de la historia contemporánea y de mil cosas más, en su chalé de Zahara, con la adorable Lilian. Llegada a la playa, y no hay casi nadie. Que bien. Gaviotas chulas paseando el palmito, un par de amantes enarenados y poco más. Este es uno de los pocos paraísos de Andalucía. Gracias a Dios no hay chiringuitos, ni bares de playa, ni horteras musicales con los loros a toda pastilla. Solo el mar, bravo y vacilón. Y esa puesta de sol, que deja con la boca abierta y una cara de jili de las antológicas. Si alguien viene y jode este último paraíso del Sur, juro que me paso al anarcosindicalismo de acción directa. Que me hagan sitio. Que alegría tener este espacio para mostrar estas cosas. Disfruten de esta semana que comienza, tan dura o más que la anterior. Una oportunidad más para el amor y la vida. Salud.