El pacto de gobierno en Jerez de la Frontera, entre el PSOE y el PSA, que mantiene en la alcaldía a la socialista Pilar Sánchez gracias al apoyo del ex alcalde, Pedro Pacheco, es un fracaso total. Lo sabe todo el mundo en Cádiz, ¿menos el secretario general del PSOE provincial Francisco González Cabaña? El PP, que gobernó inicialmente gracias a Pacheco tiene en su mano enderezar el rumbo errático de una de las ciudades más espléndidas de Andalucía. Un acuerdo de mínimos y a aguantar hasta el 2007 sin Pacheco.El pacto hace aguas por todos lados, los socios no se hablan, se hacen la guerra y todo el mundo habla mal del contrario sin tapujos. Pacheco se la jugó al PP, engañó a Arenas y ahora se la juega al PSOE, negocia con sus distintas "familias" y espera que todo se vaya al traste. Tiene la ciudad en obras para inaugurarlas todas a la vez en precampaña de las municipales. Es listo como los lagartos.
Al inicio del mandato, Pacheco, en minoría, apoyó al PP para situar a María José García Pelayo como alcaldesa, a la que terminó de amargar y que le cesó como delegado de Urbanismo (algo que se recuerda notablemente en la ciudad pese a su escasa eficacia).
Pacheco cambió de equipo (sus críticas hacia el PSOE eran despiadadas) y aupó a la Alcaldía a la socialista Pilar Sánchez como alcaldesa. Pero ésta no ha sido como Pelayo, quiere quedarse en el sillón, aunque no tenga aún los mejores asesores y un gabinete curtido en batallas y preparado para la guerra (tampoco lo tenía Pelayo y ella lo sabe).
En Jerez se habla ya abiertamente de maletines y de comisiones ilegales, aunque nadie levanta un dedo ni se atreve a mirar a ningún lado, ni a acusar a nadie y menos a tirar de la manta.
La sociedad jerezana tiene mucho miedo, hasta los jueces, dicen, que temen meterse en líos con determinados personajes. Pero un simple análisis de cómo funciona la ciudad permite adivinar que hay algo raro. Lo que pasa es que hacen falta medios y periodistas con las ideas muy claritas. O un pacto por el futuro de Jerez sin Pacheco.
Al inicio del mandato, Pacheco, en minoría, apoyó al PP para situar a María José García Pelayo como alcaldesa, a la que terminó de amargar y que le cesó como delegado de Urbanismo (algo que se recuerda notablemente en la ciudad pese a su escasa eficacia).
Pacheco cambió de equipo (sus críticas hacia el PSOE eran despiadadas) y aupó a la Alcaldía a la socialista Pilar Sánchez como alcaldesa. Pero ésta no ha sido como Pelayo, quiere quedarse en el sillón, aunque no tenga aún los mejores asesores y un gabinete curtido en batallas y preparado para la guerra (tampoco lo tenía Pelayo y ella lo sabe).
En Jerez se habla ya abiertamente de maletines y de comisiones ilegales, aunque nadie levanta un dedo ni se atreve a mirar a ningún lado, ni a acusar a nadie y menos a tirar de la manta.
La sociedad jerezana tiene mucho miedo, hasta los jueces, dicen, que temen meterse en líos con determinados personajes. Pero un simple análisis de cómo funciona la ciudad permite adivinar que hay algo raro. Lo que pasa es que hacen falta medios y periodistas con las ideas muy claritas. O un pacto por el futuro de Jerez sin Pacheco.