Alguien le ha tocado los cojones al diablo de Tasmania, que vive en Jerez. Y cabreado es mucho peor. Porque no soporta a los cobardes, de espíritu y de palabra. Porque ni siquiera ha usado una décima parte de lo que sabe, después de doscientos años de vida. Porque hace tiempo que dejó de ser buena persona, de perdonar la vida a todos y de aguantar a los hijos de puta. Porque sabe donde duele. Porque no tiene miedo a nada ni a nadie, solo a la muerte (más bien respeto). Porque sabe que pronto habrá acciones judiciales que levantarán la mierda y las facturas falsas de los jefes de los insultadores y éstos les arrancaran las pelotas por cabrear al diablo jerezano. Y, sobre todo, porque lo sabe casi todo, y lo que hicistes con el dinero público. Has firmado tu sentencia y no hay marcha atrás. Já. Te vas a enterar de lo que es un verdadero diablo de Tasmania, pischa.
