Leer la sentencia del 11-M no te deja satisfecho, al contrario. Crea dudas, la inquietud de que algo o alguien está detrás, con un poder oscuro infinitamente superior al legalmente votado. También la impresión de que el Estado no estuvo atento, vigilante a los acontecimientos internacionales. Acebes debería pasar a la historia y dedicar su vida a colaborar en descubrirlo todo. En mis días de Madrid (2000-2004) recuerdo que hice amistad con una excelente persona que, cuando mejor estábamos, se marchaba pitando porque le ordenaban seguir a "los malos". Dejamos de salir con los amigos, ella por necesidad, yo también. En esos días supe muchas cosas, entre otras lo frágil que es la sociedad que vivimos. No sospechaba que lo iba a vivir en primera persona aquel 11-M. Comparto con Pedro J. su pasión innegable por mantener viva la libertad de información y expresión en este país, y con Federico J. la pasión por la radio. Pero no sus dentelladas, aunque a veces me reconforta escuchar lo que me gustaría decir de unos y de otros: De socialistas oscuros y maricomplejines del PP (en Andalucía tengo unos cuantos). Los periódicos de todo el mundo señalan que seguimos sin conocer a los autores intelectuales de los atentados. En España el coro de la patata insiste en que el caso está cerrado. No. Esta abierto. Die Welt dice que solo se ha aclarado media verdad. El caso sigue tan abierto como la herida de nuestro corazón aquella mañana fria. Hay que seguir, queremos saberlo todo. Falta mucho.