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-Se te atribuye la frase de «en caso de duda, haz periodismo». ¿Cómo se hace eso ahora?
-Yo creo que ahora es más complicado hacer periodismo, entre otras cosas porque la profesión ha cambiado, los medios son diferentes y también los periodistas, que dudamos un poco de nuestra propia identidad y función social. Antes era mucho más sencillo. Y luego yo creo que hay una cuestión; que el público se ha hecho mucho más culto, tiene mayor conocimiento y en muchas ocasiones los periodistas hablamos, escribimos, de cosas de las que somos unos perfectos ignorantes, y eso se nota. Creo que nos debemos hacer esa autocrítica.
-No sé si te estás dando cuenta, pero te estoy pidiendo un consejo, 'el' consejo
-Yo creo que pocos consejos puedo dar y menos a ti, que has tenido una trayectoria tan brillante
-¿Anda ya!, no te escapes. Por ejemplo, ¿cómo ves la relación con el poder?
-La relación con el poder siempre es conflictiva, no porque la función del periodista y la del poder, del político, del hombre con protagonismo económico y social sean antagónicas. El que tiene el poder quiere que se conozca solo la parte brillante, bonita, del ejercicio del poder y la mirada del periodista es más amplia y tiene sus claros y sus oscuros. En ocasiones, cuanto te dicen que sólo publicas noticias malas, negativas, lo que suelo responder es que en la escuela de periodismo había una viñeta que decía que no es noticia que un perro muerda a un hombre, sino que un hombre muerda a un perro.
-Pues tú has llegado a tener mucho poder, eres una persona muy poderosa ¿es erótico el poder?
-Yo no me considero que tenga mucho poder, quizá por eso no participo en la erótica del poder. Lo que sí creo que tengo y he tenido es influencia, que es diferente que poder.