No hay química, desde hace tiempo. Aunque se soportan como pueden. Y son dos trabajadores natos. Antonio Sanz, cabeza de lista del PP en Cádiz al Parlamento Andaluz, y Teófila Martínez, número 1 al Congreso, no se coordinan mucho. Hay mar de fondo, temporal de fuerza ocho, y aunque la cosa no llega al enfrentamiento entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, a Madrid ya han llegado los ecos de que entre los dos referentes del PP gaditano no hay buen rollito. Y que si unieran sus esfuerzos la cosa iría mejor porque los sondeos en Cádiz no son tan positivos para ambos. Menos mal que el PSOE no es que esté tirando la casa por la ventana y lo de IU es casi testimonial, con un Barroso algo cansado para el mitineo, entre habano y habano. Por medio, el futuro del actual senador José Blas Fernández, que a la vista de lo que está pasando y el pésimo estilo de su partido con él tras 25 años de trabajo, está asumiendo lo estrictamente indispensable para que el ayuntamiento gaditano funcione. Hasta ahora, nadie ha tenido los reaños suficientes para decirle a la cara quién ha sido su ejecutor en las listas, quién no le ha dado la oportunidad de haber organizado su salida ordenada de la vida pública nacional. Y, sobre todo, está el malestar no disimulado de algunos/as integrantes del grupo municipal del PP gaditano con su coordinador, Jorge Moreno Osorio, el hombre con poderes plenipotenciarios en el Ayuntamiento gaditano sin ser cargo electo, tal como denunciara en su momento el hoy bien colocado Federico Pérez Peralta, a quien tengo que decirle algunas cositas el día que se tercie, además de entregarle pastillas contra el olvido, porque olvida con facilidad.